«Estoy de pie, no me van a quebrar», había dicho el ex jefe del Ejército ante el Tribunal minutos antes de que se leyera el veredicto.Tras conocerse la decisión de los jueces, Milani se retiró el edificio sonriente y sin realizar declaraciones.
El Tribunal, en tanto, condenó a 14 años de prisión a Esteban Sanguinetti, que en esa época era capitán del Batallón de Ingenieros 141 del Ejército Argentino de La Rioja, y junto a Milani fueron los encargados de iniciar un sumario contra Ledo por supuesta deserción.
En la última jornada del juicio, la Fiscalía pidió una condena de seis años de prisión para Milani, algo que fue respaldado por las querellas.
«Uso mis últimas palabras para expresar mi firme convicción de que tanto aquí como en el juicio realizado en La Rioja se usaron acusaciones falsas para hacerle daño al Ejército Argentino más que a mí», señaló el ex militar.
A la vez, reiteró que se considera víctima «de una campaña política, mediática y judicial inédita».
«Estoy tranquilo, seguro de que me asiste la verdad y la razón.
A pesar de las difamaciones, calumnias e injurias, estos ataques sistemáticos, estoy de pie, no me van quebrar. Sigo creyendo en la patria grande, justa, libre y soberana, donde también existen jueces justos y honorables», agregó Milani.
La hermana del soldado desaparecido, Graciela Ledo, repudió la sentencia y se mostró «profundamente decepcionada con la Justicia, particularmente de esta provincia».
«Es una sentencia vergonzosa, acá hay una desaparición, hay una víctima del genocidio implementado por miles de militares, dos de ellos, estaban acá», se quejó la mujer, en declaraciones al canal televisivo, y cuestionó que la condena de Sanguinetti sea cumplida en «prisión domiciliaria».
El ex jefe del Ejército estaba acusado de la presunta comisión de los delitos de encubrimiento y de falsificación ideológica de instrumento público, mientras que Sanguinetti se le atribuyeron los cargos de homicidio calificado y privación ilegítima de la libertad de Ledo.
En agosto pasado, Milani había sido absuelto en la causa que investigaba los secuestros y torturas sufridos por Pedro y Ramón Olivera en marzo de 1977, cuando el militar se desempeñaba como subteniente del Batallón 141 de La Rioja.