Al cumplirse dos meses desde que asumió su gestión al frente del Gobierno, el 10 de diciembre pasado, el presidente Alberto Fernández debió intervenir ayer en un nuevo cortocircuito que se suscitó entre el secretario de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, por la presencia de las fuerzas federales en esa provincia. En concreto, Berni pretendía el retiro de cerca de 7.000 efectivos (en buena medida de Gendarmería) desplegados en su jurisdicción. Sin embargo, Fernández ratificó la posición de la ministra en la misma jornada en que la cartera que dirige Frederic anunció que no le darían curso al pedido de Berni.
Todos nosotros queremos trabajar para que los bonaerenses vivan en paz y la inseguridad no sea un problema. Después si el ministro de la Provincia tiene un método propio, que lo aplique. Es su responsabilidad. Estamos para ayudar, no para polemizar”, afirmó Fernández en declaraciones radiales. Y subió la apuesta: Estoy muy conforme con el pensamiento de mi ministra, coincido en lo que dice”. El contrapunto tomó estado público luego de que se conociera una carta que el funcionario envió al Ministerio conducido por Frederic rechazando el proyecto de seguridad diseñado por las autoridades nacionales.
Pero desde la cartera le quitaron relevancia al contenido al sostener que la carta no tiene entidad de nota institucional” por no estar firmada por el gobernador Axel Kicillof. La pelea de fondo entre los dirigentes que conforman el Frente de Todos es por el control y el destino de las fuerzas federales, que Berni considera que debe ser él quien decida dónde deben estar esos efectivos.
La situación escaló de manera tal que el propio Kicillof se reunió ayer por la tarde con quien fuera ministro de Seguridad de Cristina Fernández de Kirchner durante su última gestión. Si bien el Gobernador lo ratificó en su puesto, le indicó que trabaje mancomunadamente” con la Nación. Fue un mensaje para buscar la alineación de Berni y favorecer la distensión en medio del ruido político causado en las últimas horas.
La tensión en la fuerza gobernante ya había quedado expuesta durante el fin de semana, a partir de las opiniones encontradas sobre la condición de ex funcionarios detenidos por presuntos hechos de corrupción. Al respecto, Fernández pidió ayer prudencia” en la discusión y afirmó que, en la Argentina, no hay nadie detenido sin causa a disposición del Poder Ejecutivo”, condición necesaria, indicó, para definir a un preso político”. El tema semántico no es menor porque el preso político técnicamente es el que está a disposición del Poder Ejecutivo; es el preso sin causa. Yo no tengo a ningún preso político y, obviamente, me molesta que digan que tengo presos políticos porque no los tengo”, afirmó el mandatario.
Es una discusión tan innecesaria la que estamos viviendo”, juzgó el Presidente, quien insistió en pedir prudencia” en relación a este tema. En este punto, Fernández recordó su histórico cuestionamiento a las detenciones arbitrarias” y reseñó la visita que le hizo a finales de 2016 a Milagro Sala, a quien sí consideró -en lo que atañe al primer tiempo de su detención- una presa política” y aludió así a la circunstancia de detención indebida” de la dirigente jujeña. Se refirió además a los procesos que estaban muchas veces viciados por sus formas” y subrayó que, en la gestión de Cambiemos, eso siempre recaía sobre los procesos que afectaban a opositores del gobierno de Mauricio Macri”.
Predisposición al diálogo con Bolsonaro
Entre las diversas definiciones que Fernández dio a la prensa ayer al cumplirse dos meses de su gestión al frente de la Rosada, estuvo la de garantizar la predisposición al diálogo de su Gobierno con el de Jair Bolsonaro. En ese sentido, aseguró que el vínculo con Brasil es uno que la Argentina no puede soslayar”, e insistió con que ambos países no pueden llevarse mal”.
Ni siquiera cuando en la coyuntura exista un presidente que quiera enojarse con el otro presidente, la Argentina y Brasil pueden llevarse mal”, aseguró el jefe de Estado. Y agregó: Sería un irresponsable en profundizar esa diferencia desde mi lugar de presidente en desmedro de lo que los dos países necesitan, sería una locura de mi parte”. Entre otros temas de los que fue consultado, el mandatario reiteró la necesidad de despenalizar y legalizar el aborto” para que todas las mujeres accedan a la salud pública y reciban la atención adecuada” y tildó de hipocresía” continuar con la discusión mientras los abortos se siguen practicando”.
Un pedido a los gremios por la cláusula gatillo
El presidente de la Nación, Alberto Fernández, sugerirá esta semana a los principales sindicatos que no activen este año las cláusulas gatillo en el marco de las negociaciones paritarias. Les voy a contar lo que nos pasa. Hay paritarias que ya han comenzado y han tomado decisiones por sí mismas, y está bien, no lo cuestiono. Lo que yo sí intento es evitar todo mecanismo de indexación de la economía”, sostuvo ayer el jefe de Estado.
La cláusula gatillo es un mecanismo implícito de indexación”, explicó. No obstante, también puede entenderse como un sistema de protección del salario, porque se implica subas salariales conforme al avance de los precios. Por otro lado, el mandatario nacional afirmó que quienes tomaron un crédito hipotecario en UVA deben cumplir con sus compromisos. Los créditos UVA son entre particulares, aceptaron una cláusula de ajuste (por inflación)”, dijo Fernández.
Cabe recordar que durante la campaña política que lo llevó a la Casa Rosada, el ahora presidente prometió una solución” a los tomadores de créditos. Las definiciones de Fernández fueron duramente criticadas por los colectivos que agrupan a los deudores, quienes reclaman una desindexación de los créditos. Cabe remarcar que tanto el capital adeudado como las cuotas corren a la par de la inflación y por encima de los salarios.
Finalmente, Fernández confirmó que las restricciones para comprar dólares y el recargo del 30% para operaciones fuera del país seguirán por tiempo indeterminado. Dijo que por ahora es imposible levantar ambas medidas ante las necesidades de divisas que tiene la Argentina.