Si bien ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni el Ministerio de Salud de la Nación recomiendan –por el momento- el uso generalizado de barbijos en personas que no tienen síntomas de coronavirus, cuatro provincias argentinas comenzaron a exigir a sus habitantes su uso para circular por la calle. La medida se aplica en Catamarca, donde aún no se registraron casos positivos del virus, y en La Rioja (9 casos), que arrancó el lunes con una medida un tanto más flexible ya que permite cualquier elemento que cubra la nariz y boca, por lo que también se puede circular con pañuelos o bufandas. No tenemos una multa por no usar barbijos: hemos instalado la obligación de usar barbijos y hemos tenido una respuesta de la sociedad no esperada y bastante importante», resumió el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil.
Por su parte, el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, anunció que desde ayer se exigirá el uso de barbijos en la vía pública, instituciones y negocios de la provincia. «El mundo vive un tiempo muy difícil en el que el mejor remedio es el cuidado y la protección de cada uno», dijo el mandatario al comunicar la medida. En los próximos días se sumará Jujuy, donde el gobernador Gerardo Morales (foto) informó que impondrá multas de $ 1.000 a quienes no lo cumplan. La obligatoriedad comenzará a regir el viernes próximo y fue anunciada por Morales en sus redes sociales «luego de un análisis profundo y consenso entre especialistas de la salud».
En cambio, en el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la cartera sanitaria recomendó a sus habitantes que dejen disponibles los barbijos profesionales para que sean utilizados en los hospitales y aconsejó el uso de «dispositivos de fabricación casera» que sirvan para «tapar la boca» de las personas que deban salir a la calle, como medida para evitar el contagio del potente virus. «Dado que hay más personas asintomáticas, nuestra recomendación es taparse la boca con cualquier dispositivo», señaló el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós.
Un insumo crítico para los equipos de salud
Las posturas que asumieron los gobiernos locales van en sentido contrario a lo que aconseja la OMS, que ayer reiteró, a través de su director general Tedros Adhanom Ghebreyesus, que el organismo sólo recomienda el uso de barbijos en la población general «en caso de personas enfermas o que cuidan a un paciente en su casa» y expresó su preocupación por la escasez global del insumo que es imprescindible para el personal de salud. Pese a ello, las máscaras faciales generan controversia en el globo.
El máximo órgano sanitario a nivel mundial chocó días atrás con la decisión que adoptaron los Centros de Control Epidemiológico de los Estados Unidos (CDC, según sus siglas en inglés) que decidieron recomendar a los norteamericanos que usen «máscaras faciales de tela» para evitar la propagación del Covid-19.
En la Argentina, el infectólogo Gustavo Lopardo, miembro del consejo asesor del Poder Ejecutivo, reconoció que el uso social de barbijos está en estudio permanente tanto del Ministerio de Salud de la Nación como de la propia OMS. Se sumó la observación que hizo su colega Pedro Cahn, quien ayer subrayó que «el gran problema» de la utilización del barbijo como medida de prevención «es que la gente se confía y empieza a relajarse con lo importante, como mantener distancia o lavarse las manos», y recordó que el insumo es realmente «imprescindible” para los profesionales médicos.