El resto de los lugares son una verdadera incógnita, dado que el gobernador Juan Schiaretti esperará a ver cómo cierra el Frente de Todos, que llevará a Carlos Caserio liderando la boleta para la Cámara alta, para a partir de ahí resolver a sus demás postulantes.
En rigor de verdad, el mandatario provincial está esperando a ver qué hace el villamariense Martín Gill, quien es en la actualidad secretario de Obras Públicas de la Nación y que está recibiendo fuertes presiones de la Casa Rosada para encabezar la nómina de diputados por el FdT.
Si se confirma la postulación de Gill, el mandamás del Centro Cívico sacará a la cancha a su ministro de Industria, Eduardo Accastello, o a la funcionaria Nora Bedano (titular de la Agencia Córdoba Cultura), ambos también de la ciudad de Villa María.
Con dos mujeres de esta capital liderando las listas, la estrategia de Schiaretti, quien se pondrá al hombro la campaña, será balancear territorialmente las boletas con candidatos del interior provincial. Según trascendió, el nombre del intendente de San Francisco, el llaryorista Ignacio García Aresca, sería número puesto para secundar a la hija del ex gobernador José Manuel de la Sota mientras para el resto de los casilleros la danza de nombres es amplia.
Dentro del pelotón de intendentes y jefes comunales de HpC con chances de convertirse en postulantes aparecen, por Colón, el segundo distrito electoral más grande y difícil para el peronismo, Gustavo Brandán de Colonia Caroya, y Facundo Rufeil, de La Calera. Por Punilla, otro de los departamentos de mayor complejidad por el peso que allí tiene Caserio, asoma Gabriel Musso, de Cosquín. Además de representar a una ciudad importante de la región, es intendente por el Partido Socialista, un aliado al PJ, e integra el bloque de municipios vecinalistas.