Este jueves, desde las 9 de la mañana en la Cámara Octava del Crimen de Córdoba, en la vigésima cuarta audiencia se encuentra declarando el ex ministro de Seguridad de la Provincia, Alfonso Mosquera, en el marco del juicio por el crimen de Valentino Blas Correas en agosto de 2020.
Cabe aclarar que la declaración de Mosquera estaba prevista para semanas atrás, sin embargo, por un viaje programado del ex funcionario, debió ser postergada para el día de hoy.
El ex funcionario deberá hablar tras los testimonios de su ex mano derecha, Lucas Mezzano, quien dejó varias pistas que podrían ser consideradas “autoincriminatorias” por su actuación en los momentos posteriores al asesinato y por las relaciones que tuvo con el retirado comisario Gonzalo Cumplido, también involucrado en la causa.
Cabe recordar que las acusaciones de Cumplido, responsabilizaron al actual legislador de «un complot político, policial y judicial». Su discurso comenzó con una explicación de cómo fue lo que sucedió para él aquella madrugada del 6 de agosto de 2020, cuando se enteró del crimen, por un llamado del jefe de Policía, Gustavo Vélez.
«Un día que jamás olvidaré, una de las páginas más oscuras de la Policía de Córdoba», arrancó Mosquera. Fue en ese marco que el ex funcionario le respondió al comisario general que se pusiera a disposición del fiscal instructor José Mana, que “haga de la Policía una caja de cristal y asegure la investigación de estos hechos”.
Mosquera aseguró que, “como conocedor del derecho penal y también de los protocolos de la institución policial”, señaló que “si no había intercambio de disparos de armas de fuego, si no había sido utilizado el auto como arma impropia, no había motivo para abrir fuego” sobre el vehículo.
Posteriormente, añadió que a las 6 de la mañana el comisario Vélez le hizo llegar la información de que el adolescente abatido sería “familiar de quien fuera el destacado boxeador Santos Laciar”. Más tarde le enviaron un mensaje que era el nieto del exfutbolista de Belgrano Miguel Laciar.
Por otro lado, Mosquera aseguró que en sus años en la gestión pública nunca vio al gobernador Juan Schiaretti «tan apesadumbrado e indignado por lo acontecido». «Me dio directivas concretas para ponerme en contacto con la familia y de llegar a fondo con este hecho aberrante”, agregó Mosquera.
Según afirmó el legislador, Vélez le habría avisado que para dialogar con la prensa había designado a quien era jefe de la zona sur de la ciudad de Córdoba, el comisario Gonzalo Cumplido. Más tarde, este uniformado lo llamó y le dijo: “Doctor, madrugada de terror”.
“Jamás fui informado que los familiares de Valentino Blas Correas, ni su mamá ni otros familiares, se encontraban ni en la Jefatura de Policía, ni en otro lugar”, lanzó Mosquera frente la audiencia.
En este juicio se debate el hecho ocurrido la madrugada del 6 de agosto del 2020, cuando Blas y cuatros amigos adolescentes circulaban en un automóvil Fiat Argo por el barrio Colinas, en el sur de la capital cordobesa.
En ese trayecto evadieron un control policial porque el conductor se asustó al ver que uno de los policías había desenfundado un arma, seguidamente dos efectivos dispararon contra el rodado y uno de los proyectiles impactó en la espalda de Blas, quien murió.
Por el homicidio se encuentran acusados el cabo primero Gómez (37) que, según la fiscalía, efectuó cuatro disparos con su arma reglamentaria, una de las balas impactó en Blas, y el cabo primero Javier Catriel Alarcón (33), quien disparó en dos oportunidades.
Ambos afrontan cargos como «coautores de homicidio calificado por haber sido cometido en abuso de su función y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos- y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos».
Los restantes acusados, todos policías, son Sergio Alejandro González, Wanda Micaela Esquivel, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguill o, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica.
Los cargos que enfrentan son de «falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público», ya que se les imputa, entre otras cosas, haber «plantado» un arma para simular un enfrentamiento con los chicos.