El presidente Alberto Fernández intentó dar ayer un gesto claro de concordia hacia los mercados y la clase política al reunirse en la Quinta de Olivos con el ministro de Economía, Sergio Massa, tras las turbulencias internas que derivaron en la renuncia de su jefe de asesores, Antonio Aracre. El encuentro, sin embargo, no bastó para calmar la ansiedad de los mercados, donde el “dólar blue” volvió a escalar en otra jornada de descontrol cambiario.
El encuentro se produjo antes de que el mandatario se trasladara hacia el partido bonaerense de Ensenada para encabezar un acto junto al gobernador Axel Kicillof y en la previa de la cumbre del PJ para hoy, donde el oficialismo intentará lograr un cauce para su turbulenta interna. Según indicaron fuentes oficiales, el jefe de Estado y el titular del Palacio de Hacienda conversaron luego de participar desde Olivos, en forma virtual, de distintos eventos.
La foto del mandatario y el ministro fue difundida profusamente por los medios de comunicación, con el objetivo de aventar los rumores de un enfrentamiento interno supuestamente desatado por la renuncia de Aracre, quien renunció el lunes del gobierno en medio de fuertes versiones sobre la presentación de un plan propio, al presidente Fernández, para domar la crisis económica con medidas que incluían una devaluación de hasta el 60%.
La foto fue compartida por la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, con un mensaje irónico: “Encarnizada interna”. La vocera sumó en sus redes un video en el que habló de la inflación y volvió a vaticinar que “el mes que viene habría una desaceleración”. A la vez, desde ambos lados de la mesa, indicaron que la reunión fue “muy positiva” y que Fernández le reiteró su respaldo “incondicional” a Massa y le aclaró que “en ningún momento se analizó” el plan propuesto por Aracre.
Lo cierto es que luego de la cumbre Fernández se trasladó al Puerto de La Plata, en Ensenada, para compartir con Kicillof el anuncio del llamado a licitación del Canal Magdalena. Allí, Fernández pidió “mirar hacia el futuro para que la derecha maldita nunca más vuelva a gobernar la Argentina” y dijo que, con el llamado a licitación del canal que permitirá la conexión marítima entre los puertos del Río de la Plata y del litoral marítimo de las provincias argentinas, “se están recuperando los derechos soberanos del país”. “La división nuestra sólo permite que otra vez se frustre la construcción del Canal Magdalena, que no se generen puestos de trabajo y que Argentina una vez más vea postergada sus ilusiones. Miremos hacia el futuro para que la derecha maldita nunca más vuelva a gobernar”, dijo allí el jefe de Estado.
Cumbre en busca de una hoja de ruta
“Se aproximan elecciones, hay mucho barullo en la política, que haya todo el barullo que quiera haber, pero por favor: nunca nos olvidemos que debemos estar más unidos que nunca porque nuestra división solo permite que la Argentina una vez más vea postergar sus ilusiones”, aseveró ayer el presidente Alberto Fernández secundado por el gobernador Axel Kicillof en la previa de la reunión del Partido Justicialista (PJ) que tendrá lugar hoy, donde el oficialismo intentará buscar una hoja de ruta para encauzar su desquiciada interna.
Este viernes, en efecto, el jefe de Estado volverá a reunirse con sus socios del Frente de Todos (FdT) para “ponerle fecha” al Congreso Nacional del PJ, donde el oficialismo “terminará de definir la estrategia electoral y los precandidatos” de cara a la elección presidencial, según se anunció oficialmente.
Pese a sus gestos de concordia, el ministro del Interior y referente de La Cámpora, Eduardo “Wado” de Pedro, alertó que “urge tomar decisiones” en la interna oficial “para que la sociedad pueda tener una alternativa a estos discursos desmoralizantes, antiargentinos y pro pequeños grupitos empresarios”, en referencia a las propuestas de los candidatos de Juntos por el Cambio (JxC) y La Libertad Avanza.