Por medio de una carta que posteó esta mañana en sus redes sociales, el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti ratificó su candidatura a la presidencia del país y convocó a la ciudadanía argentina a dejar atrás «un escenario de descomposición» a partir de lo que consideró como «una larga crisis que ya acumula 12 años de destrucción de nuestras capacidades y nuestra autoestima».
En su carta, titulada «Pudimos con Córdoba, podemos con Argentina», el mandamás provincial expuso una vez más su duro diagnóstico sobre la realidad que atraviesa el país: «La inflación en Argentina ha vuelto a superar los tres dígitos, la más alta desde 1991. El 66% de nuestros nidos son pobres. En términos reales, el producto bruto por habitante en Argentina es hoy casi el mismo que en 1974», detalló.
Y continuó: «En América del Sur, Argentina tiene la tasa de natalidad empresarial más baja y la tasa de mortalidad empresarial más alta de la región. La calidad educativa de nuestro país ha sufrido un deterioro persistente. En este océano de fracasos colectivos, han encontrado terreno fértil actividades delictivas como el narcotráfico y el crimen organizado, que carcomen los cimientos civilizatorios y las capacidades estatales en amplios territorios nacionales».
En ese contexto es que Schiaretti planteó «la obligación moral y política de actuar» por que las crisis no son una excusa sino una «interpelación». «No podemos seguir derramando lágrimas y diagnósticos impotentes en este desierto de acción. Soy de los que creen que las crisis no son una excusa. Son una interpelación», escribió.
Acto seguido aseveró que desde el conflicto con el campo hacia acá, la Argentina «solo parió males. Familias y amigos divididos. Geografías partidas, y un país a la deriva». Sin embargo, más adelante el Gobernador remarcó que «la salida no son los extremismos».
Así, antes de ratificar su aspiración presidencial, Schiaretti hizo un amplio repaso de su conducción en la provincia de Córdoba y lo que consideró sus logros de gestión. «Soy Gobernador de una provincia dinámica que se levantó a partir de entender el valor del trabajo y el esfuerzo», sintetizó en uno de sus párrafos.
«Los convoco a que dejemos de administrar la decadencia y desarmemos para siempre esta crisis eterna. Tengo el convencimiento, de que estamos atravesando un momento histórico decisivo. O nos levantamos y construimos una Argentina a la altura de nuestra historia y nuestras aspiraciones, o la Argentina de nuestro hijos y nietos será una pesadilla de la que ya no podremos despertar. En este marco, he decidido ser candidato a Presidente de la Nación», sostuvo.
Hacia el cierre de su misiva, el también presidente del PJ cordobés dijo que su carta «es un llamamiento nacional y federal».
La carta completa de Juan Schiaretti a los argentinos:
CARTA A LOS ARGENTINOS PUDIMOS EN CÓRDOBA, PODEMOS EN ARGENTINA
Me gustaría dirigirme a ustedes en un momento diferente. Me gustaría poder hablarles desde la Argentina que soñaron nuestros abuelos y nuestros padres. La Argentina que nos llenaba de orgullo por la calidad de su sistema educativo, por su floreciente clase media, por el dinamismo de su campo y sus industrias. Me gustaría poder hablarles desde una Argentina en donde la clase politica nacional esté a la altura de las realizaciones de su sociedad, y en donde las realizaciones de su sociedad no sean archipiélagos aislados, logros individuales, sino un vasto ecosistema de talentos, creatividad, colaboración e innovación. Me toca hacerlo en un contexto muy diferente. Una larga crisis que ya acumula 12 años de destrucción de nuestras capacidades y nuestra autoestima. Una nueva década pérdida que nos está devorando como país y como nación.
La inflación en Argentina ha vuelto a superar los tres dígitos, la más alta desde 1991. El 66% de nuestros nidos son pobres. En términos reales, el producto bruto por habitante en Argentina es hoy casi el mismo que en 1974. En América del Sur, Argentina tiene la tasa de natalidad empresarial más baja y la tasa de mortalidad empresarial más alta de la región. La calidad educativa de nuestro país ha sufrido un deterioro persistente. En este océano de fracasos colectivos, han encontrado terreno fértil actividades delictivas como el narcotráfico y el crimen organizado, que carcomen los cimientos civilizatorios y las capacidades estatales en amplios territorios nacionales.
Ante semejante escenario de descomposición, tenemos la obligación moral y política de actuar. Las horas más oscuras de una nación, son las que más liderazgo y compromiso demandan de su dirigencia política. No podemos seguir derramando lágrimas y diagnósticos impotentes en este desierto de acción. Soy de los que creen que las crisis no son una excusa. Son una interpelación.
También creo, que para fundar una política que recupere la capacidad de producir orden, desarrollo y progreso, tenemos que salir de la lógica que prima en Argentina desde 2008. Del conflicto con el campo hacia acá, la Argentina solo parió males. Familias y amigos divididos. Geografías partidas, Un país a la deriva, La identidad en estos años de grieta se convirtió en una cárcel que nos ha arrebatada el horizonte estratégico y práctico indispensable para que nuestro país se ponga de pie. Por ello, sostengo que la salida no es ni puede ser profundizar esta lógica del antagonismo, la impotencia y la autodestrucción. La salida no son los extremismos. Los extremismos sólo pueden conducirnos a más crisis r más destrucción del capital económico, social y humano del país. Ninguna nación sale de un pozo cavando.
Soy parte de una generación que en mi provincia intentó un camino alternativo en estos últimos 23 años, Lo hicimos desde el ejercicio de un liderazgo político pluralista y un Estado moderno, buscando siempre a partir del diálogo y la planificación, generar las mejores condiciones para que los empresarios cordobeses puedan competir, innovar e internacionalizarse. Porque tenemos claro, que en una economía dinámica es el único camino posible para mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo.
Al llegar a nuestro primer gobierno, allá por 1999, bajamos un 30% los impuestos provinciales y
creamos el primer polo de software de la Argentina. Esas dos decisiones fundacionales, nos permitieron que hoy Córdoba sea uno de los principales productores de alta tecnología del país, con más de 600 empresas tecnológicas y 16.500 puestos de trabajo de calidad. Para acompañar este proceso, creamos en 2014, las Escuelas PROA: escuelas públicas modelo en innovación educativa, que forman jóvenes especializados en desarrollo de software y en biotecnología. Tenernos ya 40 escuelas funcionando a lo largo de la provincia y estamos inaugurando 32 nuevos establecimientos, Para nuestro Gobierno, la mejor política social es la educación. Trabajamos para consolidar a Córdoba como líder mundial en bioeconomía: producimos el 70VD del bioetanol de la Argentina y lograrnos, con el esfuerzo denodado de nuestros productores agropecuarios, que Córdoba sea la principal productora de maíz, maní y soja de la Argentina. En 2015 iniciarnos el proyecto de infraestructura más ambicioso de la democracia cordobesa: el Plan Quinquenal de Infraestructura Gasífera. Logramos construir una red 2.801 kilómetros de cañerías para darle la posibilidad de conectarse a la red de gas natural al 98% de los cordobeses. En 2022 lanzamos el Plan Conectividad Córdoba, que nos ha permitido, en paralelo al tendido de la red de gas, llevar fibra óptica a todo el territorio provincial. Finalmente, desde 2015 a esta parte llevamos adelante un plan récord de obras viales, entre las que destacan la nueva traza del Camino de las Altas Cumbres y la Circunvalación de la Ciudad de Córdoba.
Todos estos ambiciosas planes de infraestructura, los ejecutamos con las cuentas públicas ordenadas. No son esfuerzos caprichosos. Son condiciones indispensables para seguir potenciando la productividad de nuestro sector privado y la calidad de vida de los habitantes mediterráneos. Soy Gobernador de una provincia dinámica que se levantó a partir de entender el valor del trabajo y el esfuerzo. Pero soy consciente, que, la Argentina no termina en la General Paz ni en los límites de la Provincia de Córdoba. No bastamos. En todo caso, este es un pequeño paso que sirve para demostrar de lo que somos capaces como país.
Por ello, quiero convocarlos a una causa patriótica y federal. Con coraje y audacia. Pero también con innovación y creatividad. Los convoco a que dejemos de administrar la decadencia y desarmemos para siempre esta crisis eterna. Tengo el convencimiento, de que estamos atravesando un momento histórico decisivo. O nos levantamos y construimos una Argentina a la altura de nuestra historia y nuestras aspiraciones, o la Argentina de nuestro hijos y nietos será una pesadilla de la que ya no podremos despertar. En este marco, he decidido ser candidato a Presidente de la Nación.
No quiero ser el Presidente de una nueva facción o de una nueva frustración. No vengo a proponerles una interna más. Vengo a proponerles un gobierno. No vengo a proponerles una nueva discordia sobre nuestra historia. Vengo a proponerles un futuro. Quiero ser enfático. No puedo solo, La magnitud de la tarea que nuestra patria demanda requiere de una nueva mayoría de hombres y mujeres, que, espalda con espalda, sin mezquindades ni sectarismos, pueda cambiar Argentina para siempre. El lugar de origen es menos importante que el lugar de destino. Mi carta es un llamamiento nacional y federal. Estoy convencido que somos la inmensa mayoría los que queremos una Argentina normal. Estoy convencido que podernos unirnos a partir de un nuevo espíritu que funde una época basada en los valores del mérito, la paz, la austeridad, el trabajo, la producción y el federalismo, Estoy convencido de que es tiempo de dejar de hablar y hacer. Tenernos una gran oportunidad. Ser capaces de construir, en paz y en unidad, el país que nos merecemos.
Juan Schiaretti