En un contundente respaldo y para marcar sus diferencias con la vicepresidenta Cristina Kirchner, ayer el presidente Alberto Fernández les agradeció a los movimientos sociales por la “ayuda para contener a los sectores más vulnerables durante la etapa más crítica de la pandemia”, al encabezar el acto de lanzamiento del III Foro Internacional de Derechos Humanos, que será en mayo de 2023.
“Yo le quiero agradecer a las organizaciones sociales que estuvieron al lado nuestro ayudándonos a contener definitivamente a esos sectores más vulnerables llevando solidaridad a donde la solidaridad no existía, llevando compromiso a donde el compromiso no existía”, destacó. Acto seguido Fernández le retrucó a CFK, quien un día antes había apuntado contra los movimientos piqueteros: “Quiero agradecérselos, aun cuando algunas hagan picardías que nosotros no convalidamos. No es bueno generalizar, no esperen que yo generalice. Mi eterna deuda de gratitud con cada una de esas organizaciones”, remarcó el Presidente.
Además, pidió “no ceder” y seguir firmes “en nuestras convicciones. Que nada nos confunda, que nuestras diferencias no nos hagan decir cosas injustas”. Y agregó: “Las organizaciones sociales trabajaron para que la Argentina no explote, pero eso no pasó porque estuvieron al lado de los más necesitados. No saben todo lo que hicieron por los derechos humanos”.
El lunes pasado, la titular del Senado aseguró que el Estado nacional “debe tomar el control de las políticas sociales que no pueden seguir tercerizadas”. Y agregó: “Eso no es peronismo, el peronismo es laburo, es trabajo. El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que nos den el alta y la baja”. Sin nombrarlos, las críticas de la ex mandataria apuntaron contra el Movimiento Evita que conducen Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, dos funcionarios del gobierno cercanos a Alberto Fernández.
De urgencia, un cónclave de la cúpula del movimiento se reunió ayer y emitió un comunicado. “Lamentamos que parte de la dirigencia política sea incapaz de entender la realidad del trabajo en el siglo XXI”, expresaron. “Reducir la economía popular a los planes sociales es negar la realidad. Los planes sociales son apenas el 10% de la economía popular y el 5% del conjunto de los trabajadores y las trabajadoras”, fundamentaron en la nota. Sucede que el Movimiento Evita a través del ministerio de Desarrollo Social encabezado por Juan Zabaleta, están a cargo de los principales programas sociales, como el Potenciar Trabajo.
El enojo de los dirigentes se tradujo además en múltiples declaraciones periodísticas durante toda la jornada. “Me dolió la estigmatización que hizo de los movimientos sociales “, señaló el referente de Barrios de Pie Somos y subsecretario de Políticas de Integración, Daniel Menéndez. En tanto, Esteban Castro, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep), recordó que en los años 90 hubo “un Estado ausente que empezó a privatizar las empresas, echar a trabajadores, a concentrar la economía” y recordó que “muchos de los que quedaron a la intemperie empezaron a organizar actividades laborales en los barrios”. A su tiempo, Navarro sostuvo que “echarle la culpa a las organizaciones sociales y sectores empobrecidos, es errarle por lejos al real problema” del país.