La ex vicepresidenta Cristina Kirchner realizó una autocrítica sobre el peronismo, las políticas implementadas en el país en las últimas décadas y pidió una estrategia «para pasar de ser oposición a alternativa de Gobierno».
Kirchner señaló que el movimiento sindical ya no representa a la mayoría de los trabajadores debido a los cambios en el mercado laboral, donde solo el 40% de los empleados registrados está sindicalizado.
«Cuando no advirtió la modificación de las relaciones laborales», expresó, subrayando la creciente precarización del trabajo en el sector privado.
En otro pasaje de su discurso, la ex mandataria mencionó la falta de adaptación del Estado, que sigue operando bajo un modelo ineficiente del siglo XX.
«No construyó una nueva estatalidad más vinculada a la comunidad y su organización a través de la participación de sus diferentes estamentos», afirmó, resaltando que el empleo público es percibido como un «gasto innecesario» por la sociedad.
También se refirió a la necesidad de avanzar en la reducción del déficit fiscal, proponiendo una reforma tributaria y la eliminación de exenciones a sectores concentrados de la economía.
«No impulsó la reversión del déficit fiscal a través de la reducción del gasto tributario existente por eximiciones, exenciones o promociones a sectores concentrados de la economía», afirmó, apuntando a la falta de equidad en el sistema impositivo.
En cuanto a la educación pública, Cristina Kirchner destacó la urgencia de una reforma integral. «No planteó una revisión y reforma profunda de la educación pública», comentó, describiendo esta demanda como una de las más sentidas por los sectores más vulnerables.
Sobre la inseguridad, la ex vicepresidenta remarcó la falta de un abordaje integral. «No pudo superar el consignismo de la desigualdad social por un lado y el gatillo fácil por el otro para abordar un plan de seguridad de carácter integral», señaló, mencionando el avance del narcotráfico en barrios populares como consecuencia del retiro del Estado.
Asimismo, hizo una reflexión sobre el papel del trabajo en la sociedad: «Es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume», expresó, ligando la cuestión del empleo a una visión de derechos y deberes.
En cuanto al impacto de la tecnología, subrayó: «Cuando no reparó en las profundas modificaciones surgidas en el campo de la comunicación social por el avance de la tecnología», comparando estos cambios con la revolución que trajo la imprenta de Gutenberg.
Finalmente, Cristina Kirchner llamó a una reorganización de las fuerzas políticas. «Hay que poder enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas para poder alinear pensamiento, palabra y acción: una trilogía indispensable a la hora de formular propuesta y estrategia que permitan organizar una fuerza política que vuelva a representar mayoritariamente, para pasar de ser oposición a alternativa de Gobierno», concluyó.