Luego de varia idas y vueltas, la CGT finamente convocó a un paro nacional para el próximo 10 de abril, en la tercera huelga general durante el gobierno de Javier Milei en rechazo a sus políticas sociales y laborales, en especial lo que consideran «el techo a las paritarias» que el Ejecutivo quiere imponer.
Además, la cúpula sindical resolvió convocar a una movilización en apoyo a los jubilados para el miércoles 9 de abril, en la jornada previa al paro general, con el objetivo de estirar a 36 horas las medidas de protesta.
La central obrera también definió movilizarse el próximo lunes 24 de marzo por el Día Nacional de la Memoria, en otra iniciativa que choca de frente con la Casa Rosada, que volverá a publicar un video reivindicando la “teoría de los dos demonios” en la emblemática fecha. Incluso, ante rumores de la existencia de tratativas subterráneas con el Gobierno para explorar la posibilidad de abortar la huelga, el miembro del triunvirato Héctor Daer remarcó que «no hay ninguna conversación con el Gobierno. Este paro no se levanta».
Las medidas se informaron luego de una reunión del Consejo Directivo de la central obrera de más de tres horas, donde los líderes sindicales resolvieron una serie de medidas que incluyen un acompañamiento a los sindicatos que se movilicen el miércoles próximo junto a los jubilados y una convocatoria a las regionales el jueves 27 en el salón Felipe Vallese de la sede de Azopardo para poner a consideración el plan de lucha .Antes, el lunes 24, la organización se sumará a la movilización de los organismos de derechos humanos por el Día de la Memoria.
«La medida más importante es una acción sindical de 36 horas comenzando con movilizaciones a partir del día 9 de abril al mediodía y a posteriori desde las cero del día 10 de abril un paro de 24 horas«, anunció Daer, quien ratificó que la central obrera pretende que la movilización al Congreso junto a los jubilados del miércoles 9 de abril “sea masiva”.
El plan de lucha implica «36 horas de acción y de medidas de protesta«, destacaron luego otras fuentes sindicales.Además, la CGT definió que convocará a movilizarse el 1 de mayo, en ocasión del Día del Trabajador, contra las políticas del gobierno libertario.
Daer detalló que los motivos del paro son los de «exigir la libertad para negociar paritarias libres y acuerdos homologados; aumento a los jubilados y actualización del bono de $70.000 para ellos y volver a discutir las asignaciones familiares».»El Gobierno está pisando las paritarias para que vayan por debajo de la inflación«, se quejó Daer, quien exigió al oficialismo «modificar su política social y para los sectores del trabajo«.También mencionó un pedido de que se activen «programas de desarrollo para el sector industrial y productivo» y que «vuelva a abrirse la obra pública porque muchas están paralizadas al 80% o 90% de su finalización y dejarlas así es más perjudicial que terminarlas«.
La reacción del Gobierno
El Gobierno ante este anuncio, declaró que utilizará los días que le quedan al mes de marzo y los instrumentos que estén al alcance para evitar el paro.
Desde el sector libertario creen que la inflexibilidad de la CGT responde a la presión de convocar a huelga que surgió tras los episodios de violencia en las inmediaciones del Congreso y que dejaron el saldo de más de 20 heridos, entre ellos el fotoperiodista Pablo Grillo.
A tono, el vocero presidencial, Manuel Adorni, rechazó esta mañana la convocatoria al paro porque se trata de paros «para defender intereses propios» y que están organizados «para dañar al Gobierno«.
La UTA suma su adhesión
La Unión Tranviarios Automotor (UTA) ya declaró que se sumarán al paro general.
«La UTA apoya lo que propuso la CGT para el paro general porque no se sostiene más la falacia oficial con respecto a una inflación que no existe; hoy por hoy la canasta básica de una familia tipo está en no menos de 2 millones, hay un aumento de inflación interanual de un 15 por ciento«, sostuvo Gabriel Gusso, secretario gremial de la UTA, en declaraciones a la Agencia Noticias Argentinas.
Para el dirigente sindical, «el Gobierno busca que los salarios de los trabajadores vayan por debajo de la inflación, lo mismo que está haciendo con los jubilados, a los que además les sacó los remedios«.
Gusso sostuvo que «hay un ataque contra el trabajador y un financiamiento que el Gobierno está haciendo a costillas del ciudadano, y que no tiene límites. No se puede vivir de esta manera y no te dan los números«, añadió.
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