“Siento que estoy viva por Dios y por la Virgen”, afirmó ayer la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en su primera aparición pública tras el intento de magnicidio del 1° de septiembre. Durante una reunión con curas villeros en la Cámara de Senadores, la Vicepresidenta también hizo un llamado a la oposición política a lograr un “acuerdo mínimo” con quienes “piensan distinto” para avanzar en la “reconstrucción” de la “economía” argentina.
Durante su discurso, la titular de la Cámara Alta señaló que su deseo era que su “primera actividad pública fuera de un despacho se hiciera con ustedes”, porque “si tenía que agradecerle a Dios y a la Virgen lo tenía que hacer rodeada de curas con opción por los pobres”.
Allí, reveló que recibió un llamado del papa Francisco –quien le dijo que “los actos de odio y violencia siempre son precedidos por palabras y verbos de odio y violencia”-; al tiempo que consideró que “la recuperación de la democracia no fue solo que se vuelva a votar”, sino “recuperar la vida y la racionalidad de que se pueda discutir en política” y advirtió que “lo que pasó fue una ruptura de eso que tenemos que volver a reconstruir urgentemente”.