En su regreso a Córdoba después de más de cinco meses, el presidente Alberto Fernández pidió ayer “dejar las disputas de lado” y unir “esfuerzos para poder llegar a cada argentino y hacerle la vida más fácil”. La última visita del jefe del Estado había sido el 29 de abril último cuando desembarcó en la fábrica que la automotriz Nissan Argentina posee en barrio Santa Isabel.
Lo cierto es que el mandamás de la Casa Rosada arribó en la víspera en horas del mediodía a la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea) de nuestra ciudad, donde fue recibido por el gobernador Juan Schiaretti. Desde allí, ambos mandatarios se trasladaron en helicóptero hasta Falda del Cañete, sede de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).
En el Centro Espacial Teófilo Tabanera (CETT) de Córdoba, el Presidente de la Nación encabezó un acto junto a Schiaretti y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, que consistió en la firma de un contrato entre la Conae y la empresa Veng para avanzar en el desarrollo del lanzador argentino de satélites Tronador II.
“Tengamos el orgullo de ser uno de los 10 países del mundo con capacidades para poner satélites en órbita”, dijo Fernández al referirse al proyecto en el que actualmente trabajan 116 profesionales de la Conae y de Veng, y que, en esta nueva etapa, generará 300 empleos indirectos. Asimismo, en su discurso aseguró que “la riqueza de las sociedades y de las naciones está fundamentada en tener inteligencia” y que por eso “invertir en educación, en ciencia y tecnología es invertir en el futuro”.
El Presidente explicó además que con el desarrollo del proyecto Tronador II “estamos logrando más soberanía, ser más dueños de nuestra tecnología, y estamos logrando pensar en que más información satelital nos permita generar mejores condiciones de vida acá, en nuestra tierra”.
“En estos tiempos en los que todo parece ser de desánimo, miren, todo esto lo han hecho argentinos y argentinas. Lo ha hecho el Estado asociado a empresas privadas. Hay 50 medianas y pequeñas empresas que han desarrollado tecnología y que hoy sirven a estos proyectos”, enfatizó el mandatario y afirmó: “Tenemos un capital humano maravilloso para ponerlo al servicio del desarrollo del país”.
Fue en ese marco que el mandamás nacional solicitó “dejar las disputas de lado… las disputas que aparezcan cuando haya que votar. Pero que después todos unamos esfuerzos para poder llegar a cada argentino y hacerle la vida más fácil”.
Schiaretti destacó la “capacidad de aunar esfuerzos”
En su mensaje en el Centro Espacial Teófilo Tabanera (CETT), el Gobernador abogó por que la investigación y el desarrollo aeroespacial se conviertan en una política de Estado con continuidad en el tiempo: “Este acuerdo significa la posibilidad de seguir invirtiendo como país en el desarrollo aeroespacial. Y no tengo ninguna duda que Argentina tiene todas las potencialidades de desarrollo”.
Seguidamente, el mandatario habló también del complejo científico-académico que, junto al Estado y el sector privado, trabajan e impulsan el desarrollo espacial en la provincia de Córdoba: “Los países que progresan en el desarrollo de cualquier actividad son los que tienen la capacidad de aunar los esfuerzos”.
Schiaretti hizo especial referencia al talento humano cordobés para avanzar en ese desarrollo: “Hay cerca de 1.700 empleados y tenemos alrededor de 20 pequeñas y medianas empresas tecnológicas que forman, junto a los organismos estatales y a las universidades, este complejo espacial de Córdoba que está integrado al complejo aeroespacial de Argentina”.
“No tengo ninguna duda de que eso es uno de los motores que podrá impulsar el crecimiento de nuestro país. Y para los cordobeses es una inmensa alegría y un enorme orgullo que parte importante de ese desarrollo aeroespacial se haga en nuestra provincia de Córdoba”, concluyó.
Una inversión de $ 9.730 millones
Luego de suscribir el contrato que demandará una inversión de 9.730 millones de pesos, Filmus afirmó que “son pocos los países en el mundo que pueden tener un desarrollo así, y Argentina es uno de ellos. Estemos todas y todos orgullosos de lo que la ciencia y la tecnología argentina nos permite mostrar al mundo”.
Además, el ministro recalcó que el gobierno nacional tiene el “compromiso enorme de romper con las políticas pendulares respecto a la ciencia y tecnología en el país. Estos proyectos solo se hacen con políticas de Estado de mediano y largo plazo”.
Rubricaron también el acuerdo el director Ejecutivo y Técnico de la Conae, Raúl Kulichevsky, y el presidente de Veng, Marcos Actis. “Hoy nos convoca la firma de un nuevo y fundamental contrato para un desarrollo que nos permita contar en el futuro con nuestros propios vehículos lanzadores para colocar en órbita satélites de observación de la tierra desde la Argentina, ya sea de Conae o brindando servicios a terceros”, detalló Kulichevsky, y agradeció al Presidente “por poner a la ciencia y la tecnología al frente de todos los desarrollos de nuestro país”.
La firma Veng, que es una empresa de servicios y desarrollos tecnológicos de alto valor agregado, está constituida como sociedad anónima con participación estatal mayoritaria a través de la Conae. Se especializa en la actividad espacial, en la que cuenta con más de 15 años de experiencia, y tiene una nómina actual de 470 trabajadores.
Participaron también del acto en la localidad de Falda del Cañete el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; el secretario de Articulación Científico y Tecnológica, Juan Pablo Paz; y los ministros provinciales de Ciencia y Tecnología, Pablo De Chiara, y de Educación, Walter Grahovac.
El desarrollo y la fabricación del Tronador II forma parte del Proyecto Inyector Satelital Para Cargas Útiles Livianas (ISCUL) del programa de Acceso al Espacio de la Conae. Este lanzador colocará a la Argentina entre los 10 países que dominan el ciclo espacial completo lo que implica lograr la soberanía en el acceso al espacio con medios propios y desde el territorio argentino, y permitirá colocar en órbita satélites de entre 500 y 750 kg a una distancia de hasta 600 kilómetros de la Tierra.
El proyecto contempla el desarrollo del lanzador Tronador II-250 (TII-250) y de los prototipos TII-70 y TII-150 que serán los modelos utilizados para realizar los ensayos y servirán para poner a prueba los motores que llevará a bordo el lanzador Tronador II-250. Se trata de tecnología desarrollada y fabricada en el país, cuyo combustible es oxígeno líquido y kerosene.
El contrato que suscribieron la Conae y Veng demandará una inversión de 9.730 millones de pesos que serán destinados al desarrollo del primer prototipo TII-70 y la continuidad del Proyecto Inyector Satelital Para Cargas Útiles Livianas (ISCUL) con su infraestructura auxiliar prioritaria.
El desarrollo se realiza en los centros espaciales de la Conae, una parte en el CETT, en Falda del Cañete, Córdoba, donde se llevan a cabo la fabricación, la integración y los ensayos de sistema de propulsión del lanzador, y otra parte en el Centro Espacial Punta Indio (CEPI), en la provincia de Buenos Aires, donde se avanza en la fabricación e integración del fuselaje.
La infraestructura requerida para los servicios de lanzamiento estará emplazada en el Centro Espacial Manuel Belgrano (CEMB), en Bahía Blanca.
Además, la labor se extiende a otras localidades del país, mediante la participación de instituciones públicas como la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) y la Universidad Nacional de Mar del Plata, y pymes de base tecnológica, como la empresa Valthe, instalada en Justiniano Pose, Córdoba.
La Conae también dispone de la red de estaciones terrenas requeridas para el seguimiento, monitoreo y control de los lanzadores Tronador II, mediante la Estación Terrena Córdoba ubicada en el CETT, la Estación Terrena Tierra del Fuego ubicada en cercanías de Tolhuin, y la futura Estación Terrena Belgrano II en la Antártida Argentina.