El intendente capitalino y gobernador electo, Martín Llaryora, aún no regresó de su gira por los Estados Unidos (lo hará el próximo) y ya tiene una nueva salida al exterior programada: se va a Roma los últimos días de septiembre.
El futuro mandatario provincial tendrá una audiencia con el papa Francisco y presenciará la ceremonia en la que el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, será creado cardenal de la iglesia católica junto a una veintena de obispos. La ceremonia será el sábado 30, día en que esta Capital celebra a su patrono San Jerónimo.
En el entorno llaryorense afirman que es la segunda vez que el Vaticano invita al gobernador electo a Roma y que la primera no fue porque estaba en medio de la campaña para las elecciones provinciales, informó ayer el diario Alfil. Fuentes eclesiásticas locales aseguraron que tanto el actual intendente capitalino como el vicegobernador Manuel Calvo pidieron notas para gestionar la presencia en la misa que se realizará en la Plaza de San Pedro.
El futuro gobernador convivirá con el nuevo cardenal, que en noviembre regresará a esta ciudad. La prioridad que el gobernador electo le dio al viaje es mucha: hubo que cambiar las fechas de las entregas de los diplomas a los funcionarios electos a nivel provincial y en Capital, actos que se harán en la sala mayor del Teatro del Libertador.
En el primer caso, el evento pasó del 29 de septiembre al 10 de octubre. En el segundo, del 12 al 16 de octubre, apenas unos días antes de los comicios generales del 22. Como sea, la foto de Llaryora con el Papa dejará mucha tela para cortar en el marco de la coyuntura político y electoral del país y en relación a la proyección del gobernador electo.
El jesuita porteño Jorge Bergoglio viene recibiendo descalificaciones personales, políticas y teológicas, en algunos casos insultos, de parte del candidato más votado en las Paso, Javier Milei, lo que provocó la reacción no solo de los curas tercermundistas y villeros sino de autoridades como el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, y del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea.