Una verdadera multitud de militantes, ciudadanos sin afiliación partidaria, referentes de organizaciones sociales, políticas, gremiales y de derechos humanos colmó ayer la Plaza de Mayo y sus alrededores en la Ciudad de Buenos Aires, tras dos años de ausencia por la pandemia, en una contundente conmemoración del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, al cumplirse 46 años del último golpe de Estado cívico-militar.
La movilización, que fue replicada en las principales ciudades del país con asistencias multitudinarias, dejó fuera de duda el rechazo popular a la dictadura militar y los discursos negacionistas, que volvieron a oírse en la jornada. En el acto central, se leyó un documento donde los organismos de los derechos humanos sumaron otra dimensión a la gesta al sentenciar que “no queremos neoliberalismo. Queremos, como soñaron los y las 30.000 (desaparecidos y desaparecidas), que el pueblo vuelva a ser feliz”.
El documento apuntó contra los “responsables económicos, grupos empresariales y militares, que contaron con el apoyo eclesiástico y de la corporación judicial que, hoy como ayer, representa los intereses de las clases poderosas”. En ese sentido, se preguntó “¿dónde están los responsables de la miseria planificada en la dictadura?” y cuestionó “el incremento de beneficios otorgados a condenados y detenidos con prisiones preventivas”, en alusión a los criminales sentenciados por crímenes de lesa humanidad.
“Actualmente, 579 tienen el beneficio del arresto domiciliario. Del total de personas investigadas en este momento, hay 764 personas detenidas, mientras que 1.532 permanecen en libertad”, alertaron los firmantes (entre otros, Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S., Asamblea por los Derechos Humanos).
A su vez, la referente de las Madres, Taty Almeida, sostuvo que la manifestación tiene el “histórico objetivo” de “no permitir un retroceso en la democracia”. “Restitución de la identidad de las nietas y nietos”, “Libertad a las y los presos y presas políticas” y “Juicio y castigo al poder económico, poder judicial cómplice y a la cúpula de la iglesia”, fueron algunas de las consignas de la movilización. A la marcha se sumaron también organizaciones políticas, sociales, gremiales y de izquierda, que se concentraron en varios puntos del centro porteño y marcharon a Plaza de Mayo en masivas columnas.
A su vez, la agrupación La Cámpora realizó a la media mañana -junto a otros espacios afines- su tradicional caminata desde el predio de la ex Esma hacia la Plaza de Mayo, en otra columna masiva que dejó en claro la fortaleza de la organización conducida por Máximo Kirchner; quien cerró la marcha con un pequeño discurso de fuertes resonancias internas, ya que subrayó que “uno elige los estudios de TV o la calle y la gente” y destacó “la decisión de transformación de la realidad” que tiene La Cámpora.