Los alimentos son una llave maestra para la salud, y también son una puerta de ingreso para la enfermedad. Durante la pandemia, se registró mayor obesidad y un aumento de conductas asociadas a la mala alimentación.
Muchos alimentos sanan, pero también otros, enferman. No existen como objetos aislados. Están íntimamente vinculados a las diversas formas en que la humanidad los ingiere.
La conducta de los seres humanos a la hora de alimentarse no sigue sólo patrones biológicos para satisfacer la necesidad de energía sino también costumbres culturales, modas, influencias del tiempo y del espacio en que se desarrolla una persona.
Durante el estallido del mundo por el COVID-19, gran parte de la población subió de peso. La urgencia de atiborrar comida y ocupar el tiempo cocinando o comiendo trajo aparejada un aumento de la obesidad y conductas de mala alimentación. Y, lo más grave, es que la obesidad se convirtió en uno de los principales factores asociados a la internación y el mal pronóstico en COVID-19.
Epidemia y obesidad
El COVID empeoró la epidemia de obesidad que se registraba en el mundo y también afecta a chicos y adultos argentinos.
Según datos oficiales, 6 de cada 10 argentinos mayores de 18 años tiene sobrepeso y el 6% de los niños en edad escolar tienen obesidad.
Una encuesta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) mostró que, durante el período de cuarentena, el 58% de los argentinos subió de peso por conductas que pueden asociarse a la mala alimentación: Investigamos los cambios más frecuentes durante la pandemia y 4 de cada 10 refirieron ‘picotear’ entre comidas y haber aumentado el tamaño de las porciones. Estos cambios, junto con los mayores niveles de sedentarismo y el impacto emocional del confinamiento, fueron factores clave para la ganancia de peso”, advirtió Ana Cappelletti, médica integrante del Grupo de Obesidad de la SAN.
La obesidad, que se mide básicamente a partir del Índice de Masa Corporal (IMC), es uno de los principales factores que agravan el COVID-19:
• Quienes tienen un IMC (peso dividido por el cuadrado de la altura) mayor a 30, tienen 74% más de riesgo de ser admitidos en terapia intensiva por COVID y 48% más probabilidades de morir que las personas con peso normal, según estudios realizados en Estados Unidos y Gran Bretaña.
• La obesidad aumenta especialmente el riesgo de enfermedad grave en los menores de 65 años con COVID-19.
A favor del corazón
El sobre peso, la obesidad y la mala alimentación se asocian con la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Para prevenir estas enfermedades asociadas a la obesidad, se han intentado distintos programas en el mundo que desalientan el consumo de azúcares, sal y grasas por distintos medios. Desde impuestos a las gaseosas azucaradas a los límites máximos de grasas en las galletitas y el rotulado frontal de los alimentos. Pero, los nutricionistas afirman que lo más recomendable es promover una alimentación equilibrada, con una ingesta de todos los alimentos en pequeñas porciones sobre la base de una dieta vegetal.
En una completa revisión del tema, publicada en Cardiovascular Research , cardiólogos europeos liderados por Gabriele Riccardi pasaron lista a los alimentos beneficiosos para la salud cardíaca.
Cómo comer bien
La base de una alimentación saludable consiste en evitar los alimentos ultraprocesados o industrializados y, en su lugar, consumir:
• Granos y cereales enteros
• Frutas
• Vegetales
• Legumbres
• Nueces (incluye almendras y otros frutos secos)
En cuanto a las carnes, los cardiólogos recomiendan especialmente las blancas: pollo o pescado. Y, sólo deberían ingerirse 2 porciones de carnes rojas (bife o cerdo) a la semana. Las salchichas y el salame deberían ser consumidos en forma ocasional.
Para reemplazar la carne de vaca se recomiendan 4 porciones semanales de legumbres.
Los cardiólogos europeos también aconsejan 3 porciones semanales de queso y 200 gramos diarios de yogur. No es necesario que sean bajos en grasas si el resto de la alimentación es equilibrada, advierten.
Hasta 3 tazas de café o té por día tienen efectos positivos sobre la salud cardiovascular, así como también 10 gramos de chocolate amargo. El consumo de alcohol no debería pasar un vaso de vino diario en mujeres y hasta dos en los hombres.