Mientras el Sur está en alerta por el brote de hantavirus en Epuyén, que ya tiene 28 afectados de los cuales 10 fallecieron, se confirmó el primer caso de la enfermedad en el Norte este año: un hombre de 58 años en Jujuy.
El paciente es de la ciudad de San Pedro, está siendo tratado y evoluciona favorablemente, informaron las autoridades sanitarias jujeñas. En la provincia existían cuatro casos sospechosos: uno de ellos se confirmó ahora como positivo en esta localidad, la segunda más poblada de la provincia, a unos 60 kilómetros de la capital.
Según explicó al diario El Tribuno la subsecretaria de Promoción, Prevención y Atención de la Salud, Verónica Serra, el tipo de hantavirus que circula en la provincia es distinto al de Epuyén.
«La que circula en Jujuy es una variante completamente distinta al hantavirus del Sur. La transmisión del hantavirus que tenemos en la provincia se realiza por la aspiración de la orina del roedor, no de persona a persona como ocurre en el Sur. Es una variable de la enfermedad más leve en cuanto a la transmisión», explicó.
Justamente esta posible mutación que disparó el contagio persona a persona en la Patagonia es lo que más preocupa a las autoridades sanitarias. El lunes y desde Buenos Aires, el secretario de Salud de la Nación, Arturo Rubinstein, señaló que consideran «gravísima» la situación por la «mortalidad muy alta, superior al 30%» que está mostrando el hantavirus en Epuyén.
En este sentido, Serra despegó lo que ocurre en Jujuy y para eso refirió las estadísticas del año pasado: «En 2018 hubo cuatro casos en Libertador General San Martín, uno en San Pedro, uno en El Carmen y otro en el departamento Cochinoca, de los cuales ninguno fue mortal, ya que los pacientes fueron tratados y todos evolucionaron favorablemente».
Duro informe sobre el brote de hantavirus
La Fundación Soberanía Sanitaria publicó esta semana un duro informe sobre el brote de hantavirus en el país, donde analiza el caso que tiene como epicentro la ciudad de Epuyén, en la provincia de Chubut, y remarca que “la ausencia del Estado agrava las situaciones epidemiológicas”.
En ese contexto, el informe no sólo puso de relieve los recortes en el área de Salud, la degradación del ministerio nacional a Secretaría sino también la “alta de asistencia” por parte de Nación en cuanto a provisión de equipamiento de alta complejidad en las zonas afectadas, el escaso presupuesto y también errores severos en materia de comunicación que afectaron las medidas preventivas.
“En una clara muestra de la función asignada a la cartera sanitaria nacional desde 2016, las acciones que la Secretaría de Gobierno en Salud viene desarrollando a raíz del brote de hantavirus son únicamente de comunicación, delegando en la provincia el resto de las acciones para controlar el brote y prevenir nuevos casos. Como agravante de esto, cabe mencionar que la comunicación fue tardía (alerta epidemiológico emitido un mes después del conocimiento de los primeros casos), inespecífica y poco clara, generando preocupación y alarma pero sin transmitir adecuadamente medidas de cuidado”, señaló el informe que destacó, además que, desde 2013 a 2018, se registraron en promedio 100 casos anuales de hantavirus.
Falta de presupuesto
“Un aspecto que retrasó la adecuada y seria comunicación del brote, es el riesgo de los pobladores locales de perder afluencia turística ante el panorama de una profunda crisis económica ya vigente. El gobierno podría compensar las situación con fondos extraordinarios limitando ese peligro. Dado que se conoce la presencia habitual de roedores infectados con hantavirus en determinadas regiones del país, una medida preventiva y de importancia podría ser el monitoreo habitual de la presencia de virus en los animales, mediante la colocación de trampas y el estudio viral”, se propuso.
Y también subrayó: “Hemos visto políticas sanitarias tomadas por vía coercitiva donde el Estado Nacional envía policías para cumplir las pautas sanitarias emanadas de un juez, las que hacen evidente la ausencia de políticas propuestas por el responsable del sistema de salud, el ejecutivo nacional, que podría enviar equipos de salud para reforzar la zona, realizar rastrillajes, capacitaciones, soporte técnico, visitas domiciliarias, etc. Como no existe un tratamiento específico para la hantavirosis grave, el tratamiento es de sostén. Es decir, internación oportuna con cuidados intensivos de ser necesario”, especificaron.
“Debido a la escasa dimensión de las localidades afectadas, las instituciones sanitarias no cuentan con suficientes equipamientos de alta complejidad ni, eventualmente, profesionales para cubrir una demanda exponencialmente creciente. El gobierno nacional debería asistir con el equipamiento de alta complejidad y los equipos asistenciales adecuados, aun preventivamente, en caso de nuevos brotes”, exhortaron.
Y también, señalaron los recortes presupuestarios: “Hemos mencionado en informes anteriores que el presupuesto anual es una de las principales herramientas para entender cuál es el objetivo real del gobierno y cómo piensa implementarlo. Desde el año 2016 a esta parte el presupuesto del (ex) Ministerio de Salud de la Nación ha sido víctima del recorte sistemático”, lamentaron.