Un relevamiento de la Defensoría del Pueblo de Córdoba indicó que sólo un 60% de padres conoce las actividades que llevan adelante sus hijos en las redes sociales, mientras que solo el 40% realiza un seguimiento sobre las amistades de los menores de edad.
Los datos forman parte del estudio “Grooming: ¿Qué sabemos y qué hacemos los adultos?” que tuvo como fin conocer el grado de información y acciones que llevan adelante los adultos frente a la detección de un posible caso de grooming. El grooming es el acoso a niños y adolescentes mediante conversaciones eróticas y el envío de imágenes sexuales. Este se realiza a través de medios electrónicos con el fin de obtener algún tipo de gratificación sexual.
Se trata de comportamientos que ocurren en plataformas y aplicaciones donde los padres pierden el control de las acciones de sus hijos. Esto ocurre principalmente por el desconocimiento o desinformación atribuido a las brechas digitales, en especial, la generacional.
Al respecto, la Defensoría del Pueblo encuestó a 568 personas que tienen a su cargo a menores de edad en la provincia. El estudio relevó el grado de conocimiento que tienen los responsables de los menores sobre las actividades que realizan sus hijos.
Entre los aspectos relevados, se consultó a los responsables si conocían “las actividades en redes sociales que realiza su hijo o menor de edad”. Casi un 60% de los consultados afirmó conocer todas las actividades que sus hijos realizan en las redes sociales, pero un 40% reconoció que sus hijos actúan en redes sociales sin el control de sus padres.
“Mayor preocupación representa la consulta en relación al conocimiento que los adultos tienen sobre las solicitudes de amistad o seguimiento que reciben las personas menores de edad en redes sociales”, indicaron desde la defensoría. Si bien un 40% dijo conocer a los contactos de sus hijos en su totalidad, el 60% de los padres o tutores aseguró que tiene limitado o nulo acceso a esa información.
Por otra parte, el informe reveló que casi el 75% de los adultos, cuidadores y responsables, adoptan acciones o reacciones no recomendables frente al probable delito y al presunto sospechoso. Esto conlleva la posibilidad de identificar y geolocalizar al abusador, exponiendo la seguridad de la familia de la víctima y entorpeciendo la investigación.
Al respecto, desde la defensoría dieron una serie de consejos para abordar la situación. En primer lugar, no hay que culpar ni juzgar a los menores y hacerles saber que no fue su culpa, sino que ellos son las víctimas. Tampoco hay que hacerse pasar por el niño afectado y continuar la conversación o escrachar en redes, bloquear o eliminar al agresor. En lugar de esto, desde la defensoría recomiendan tomar capturas de pantalla de las conversaciones y hacer inmediatamente la denuncia.