Es algo que vemos todos los días, y tal vez incluso lo hacemos. El teléfono suena, una notificación aparece en la pantalla, y la tentación de mirarlo mientras conducimos se vuelve casi irresistible. En Córdoba, donde el tránsito no para de crecer, esta costumbre se ha vuelto un riesgo constante que pone en peligro a todos. La verdad es que una simple distracción puede tener consecuencias trágicas e irreversibles que nadie quiere enfrentar.
El celular se ha convertido en la principal distracción al volante y lo que parece un gesto inofensivo, un vistazo rápido a un mensaje o un segundo para responder una llamada, en realidad nos desconecta por completo de lo que sucede en la calle. Un segundo de descuido es todo lo que hace falta para que un imprevisto, como el cruce de un peatón o un frenazo repentino, termine en tragedia.
El problema es que cuando usamos el teléfono, no solo quitamos la vista del camino. Nuestra mente también se va con la notificación, y nuestras manos se alejan del volante. Es una triple distracción: Visual, cognitiva y manual. Esta combinación reduce drásticamente nuestra capacidad de reacción. En ese momento no estamos conduciendo realmente, estamos a ciegas.
Esta desconexión momentánea de la realidad puede costarnos muy caro, ya que en el tiempo que tardamos en leer un mensaje corto, el vehículo avanza sin que tengamos control total. Si pensamos en todos los factores que debemos atender al conducir, desde las señales de tránsito hasta los otros autos y los peatones, es fácil entender por qué el celular es una amenaza tan grande. No solo perdemos el control del auto, sino que también perdemos la capacidad de anticipar el peligro, que es lo que nos mantiene a salvo en la ruta.
Por eso, las campañas de concientización y los controles de la Municipalidad son importantes, pero la clave está en nosotros. La seguridad vial es una responsabilidad compartida. La única solución es dejar el teléfono en un lugar donde no podamos verlo o silenciar las notificaciones. Tomar conciencia y comprometerse a dejar el celular a un lado es un pequeño gesto que puede salvar vidas. La seguridad en las calles de Córdoba depende del compromiso de cada uno de nosotros.