La identidad de un pueblo no solo vive en su historia o en sus paisajes, sino en los rostros que lo habitan y resisten. Bajo esa premisa, el proyecto “Voces de la Tierra” apuesta por la visibilización de las raíces de comunidades cordobesas a través de la fotografía y el arte público.
La propuesta de la Agencia Córdoba Cultura tuvo su primera experiencia en la localidad de Charbonier que carece de espacios artísticos o museos. Allí se montaron gigantografías de 32 m² de papel fotográfico en muros, frentes de casas y medianeras, haciendo de los espacios cotidianos galerías a cielo abierto.
El proyecto busca poner en valor y homenajear a quienes en épocas de emigración rural eligen quedarse en sus pueblos, habitándolos con amor y compromiso. Al frente de esta experiencia está Alberto Silva, reconocido fotógrafo cordobés que no solo retrata, sino que busca, interpreta e integra los relatos de cada comunidad. En diálogo con este medio, Silva repasó los orígenes del proyecto, los desafíos del proceso y el valor del arte como herramienta de memoria e identidad.
“La idea nace como un proyecto personal, que luego presenté a la Agencia Córdoba Cultura. Por suerte, fue muy bien recibido y el presidente de la Agencia, Raúl Sansica, decidió llevarlo adelante”, explicó Silva sobre los inicios.
Más allá de ser una exposición itinerante, “Voces de la Tierra” busca involucrarse con las comunidades a las que llega, comprender su historia y tradición. “Se basa fundamentalmente en integrarse en la comunidad e intentar encontrar la metáfora que resalte su identidad. Es un trabajo etnográfico en donde nos centramos eminentemente en el estudio y comprensión a través de la observación del lugar. Nada de esto es posible sin la colaboración estrecha de la comuna o municipio que son quienes realmente comprenden su propia realidad, ellos nos abren la puerta para que nuestro trabajo se realice con confianza”, destacó Alberto.
La esencia y espíritu de la comunidad en fotos
Para el fotógrafo, el principal objetivo del proyecto es visibilizar los rostros de quienes representan el arraigo: “A pesar de la emigración rural cada vez más profunda, estas personas permanecen. El formato de fotografías de retratos devenidos en gigantografías busca representar la esencia y el espíritu de la comunidad”.
“Se busca la transformación del espacio de la mano de retratos gigantes donde se ven reflejados ellos mismos. Es una práctica artística que celebra la identidad y la historia de la comunidad. Esta forma de arte público tiene el poder de convertir las fachadas de los edificios en lienzos vivos que narran su propia historia”, señaló.
Sobre los resultados, si bien se mostró satisfecho, también se permitió una mirada autocrítica y reflexionó: “Al ser la primera vez que se realiza salió muy bien, aunque también sé que soy muy crítico y hay pequeñas cosas que tendré que mejorar en las puestas siguientes. La idea es mejorar de manera constante, y en eso trabajamos cada día”.
De la experiencia en Charbonier, Silva destaca la receptividad y calidez de los vecinos retratados. “Como todos sabemos, en las poblaciones del interior, su gente es muy apacible y vive muy consustanciada con el entorno. En general, la recepción fue excelente y con todos los que pudimos interactuar participaron de manera incondicional, contándonos historias ancestrales del lugar y colaborando sin restricciones al momento de ser retratados”, aseguró.
Esa apertura de la comunidad permitió que la experiencia fuera más allá de una simple intervención estética. Cada imagen colabora con la reconstrucción de un relato colectivo, con el reconocimiento de los rostros que, muchas veces, permanecen en el anonimato pese a su profundo vínculo con la historia local.
Manuel Reyna, una obra y retrato especial
Silva también recordó un momento que le llamó la atención durante el proceso: “En realidad todas las imágenes tienen un fuerte componente histórico y personal, pero tal vez lo más curioso ocurrió cuando fuimos hasta el paraje El Carrizal, un lugar bastante alejado donde se encuentra una escuelita rural con ocho casas que la circundan”, contó.
Allí, el objetivo era retratar a la directora de la escuela, Susana Farías, reconocida por su labor con 22 alumnos. Sin embargo, una sorpresa esperaba en una de las paredes del establecimiento: un poema dedicado a ese lugar y firmado por el famoso pintor cordobés Manuel Reyna. “Él nació en 1912 en El Carrizal y falleció en 1982. En sus primeros estudios se aproximó al surrealismo, cubismo, realismo y abstracción y ya en la ciudad de Córdoba al muralismo”, explicó.
“No es que nosotros descubriéramos algo que no se supiera, pero en el lugar y en el mismo Charbonier, según pudimos observar, la gente desconoce que semejante pintor nace y tiene sentido de pertenencia en ese lugar. Por lo tanto, decidimos ponerlo de nuevo en escena mostrando una de sus obras y un retrato que la familia nos cedió”, destacó.
Imágenes como testimonios
Para Alberto, la fotografía cumple un rol mucho más que estético, y utilizada para proyectos de este estilo, se convierte en herramienta para contar historias: “En este caso la expresión artística a través de la fotografía es utilizada como una herramienta de reivindicación, de identidad y por qué no también de resistencia. Cada imagen se convierte en un testimonio que desafía el olvido”.
La capacidad del lente para capturar lo esencial se potencia cuando, además, interpela a quien mira. En ese sentido, el fotógrafo reflexiona: “Al mostrar gestos, rostros y contextos reales, la fotografía acerca a las personas a situaciones que de otro modo parecerían lejanas o abstractas. Encuadra la escena, que influye de alguna manera en la interpretación pública”.
Finalmente, consultado sobre el futuro del proyecto, Silva confirmó que hay planes para continuar y expandir “Voces de la Tierra”, aunque por el momento no se pueden adelantar detalles. “Se van a ir conociendo y publicando en los próximos meses. Lamentablemente no puedo adelantar todavía dónde ocurrirán”, concluyó. Mientras tanto, las paredes de Charbonier contarán por muchos años las historias de sus habitantes y la evolución del pueblo a lo largo del tiempo.