Luego de conocerse que los rastros de sangre encontrados en el departamento de Santiago Campos Matos (37) pertenecen a Anahí Bulnes (36), desaparecida en la madrugada del 5 de diciembre pasado, la situación del único imputado en la causa se complicó y cada vez quedan menos dudas sobre cuál fue el destino de la mujer. La prueba de ADN se sumó a otros indicios, tales como filmaciones, chats del acusado, el faltante del colchón, y pericias psicológicas que destacan su “sadismo”.
Según consta en distintos registros de las cámaras de seguridad cercanas al departamento de Campos Matos, Anahí entró en el edificio el día de su desaparición y nunca más se la vio salir. Ese mismo lunes, entre la media mañana y el atardecer, Campos Matos salió al menos cuatro veces de su vivienda, siempre con ropas diferentes, con la mochila cargada, en distintas direcciones. Se cree que iba a buscar contenedores para arrojar lo que tenía en de la mochila.
En tanto, la misma madrugada de la desaparición, según el periodista Juan Federico, Campos Matos le escribió a un compañero de la panificadora donde trabajaba y le dijo que no lo pasara a buscar, porque acababa de lastimarse la mano en una pelea con ladrones, y le adjuntó una foto de su mano una herida. Esa imagen, según los investigadores, parece una herida producida por alguien que intentaba defenderse; como si le hubiera clavado las uñas mientras él la ahorcaba.
Ese mismo día, según le contó Campos Matos a un conocido, él se deshizo del colchón porque, aseguró, le hacía mal a la espalda. También ese lunes sacó las seis tarimas que utilizaba como cama, una de las cuales desapareció y nunca fue encontrada hasta ahora.
Por otra parte, el perfil psicológico efectuado en base a sus contenidos en redes sociales destaca que tiene predilección por el contenido morboso, con una obsesión al sadismo.
En uno de los foros en los que participaba, aparecía entre los más valorados por la cantidad de contenido publicado. Ante este panorama, la familia de Anahí dijo que pedirá el cambio de la acusación, de “homicidio” a “femicidio”.