El juicio por las muertes y lesiones de recién nacidos ocurridas en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba en 2022 entra en su etapa final. A tres años de los hechos que conmocionaron a la provincia y al país, el proceso judicial se encuentra en un momento crucial: esta semana dan la penúltima palabra las madres y padres de las víctimas. Entre los acusados, la enfermera Brenda Agüero enfrenta el cargo de homicidio agravado por el fallecimiento de cinco bebés, mientras que otros diez exfuncionarios del Ministerio de Salud están imputados por omisión de deberes y encubrimiento.
La Fiscalía ha solicitado prisión perpetua para Agüero y penas de hasta tres años de prisión condicional para los funcionarios involucrados. Sin embargo, las querellas han exigido sanciones más duras, alegando la gravedad institucional del caso y la necesidad de establecer un precedente firme en la protección de los derechos humanos dentro del sistema de salud público.
Tres años de la muerte de bebés en el Neonatal: cronología de una fatídica noche
En ese marco, este martes, Yazmín Barrionuevo, madre de Gino, uno de los bebés sobrevivientes que sufrió lesiones graves, expresó un conmovedor testimonio ante el tribunal: “Tengo una hija de ocho años que me pregunta por qué no puede ir al cumpleaños de amigas, amiguitos, compañeros de su escuela, y no tengo respuestas para darle. Le digo que no, que cuando sea grande lo va a entender. Difícil dejarla ir allí, a la casa de un amigo, y me dice que soy mala, porque le digo que no. ¿Pero cómo hago para explicarle?”
Barrionuevo también resaltó el rol fundamental de otras familias y del acompañamiento recibido: “Quiero agradecer por haber encontrado personas como Nicolás y Daniela, que lucharon con las fuerzas que nosotras ya no teníamos, que nos contienen, que pelean por nuestros bebés. Y de ahí puedo volver a creer que sí hay personas buenas. No hubo un Estado si no hubiera sido que ellos golpearon puertas para que nos escuchen y ayuden. Nuestras vidas continúan, pero ya no somos plenos”
“Todavía por la noche me despierto y corro y miro a mi hijo. Apoyo mis oídos sobre su corazón, porque necesito escucharlo latir una y otra vez. Gino lo sabe. Sabe que cada vez que lo miro en mis ojos hay temor. Quisiera ya no mirarlo así. La justicia que venimos a instaurar es el único remedio que puede darle la respuesta a Gino, que yo no se la puedo dar”, agregó en un crudo relato.
Barrionuevo pidió también al jurado no mirar para otro lado: “La justicia que venimos a implorar es el grito de paz y de nunca más. Es un grito de amor y respeto a la vida y de dignidad. Aquí estoy pidiendo por dignidad y respeto. Esto no es venganza. Es justicia por Gino, por nuestra familia, por la de todos los bebés, por los que no están y por los que siguen. Pero condenados a vivir por una página oscura en el mundo de sus vidas. Para que el día que entiendan y pregunten puedan sentir que la justicia les dijo: sus vidas tienen valor, son dignos y merecen respeto. Lo único que pedimos es justicia. Nada más. No queremos venganza. No, nunca la buscamos.”
En los próximos días, se espera que continúen las declaraciones de familiares y que, posteriormente, los acusados ejerzan su derecho a la última palabra. Luego, será el turno del jurado popular de definir el veredicto en un caso que ha puesto en evidencia las fallas estructurales del sistema de salud y la necesidad urgente de justicia, verdad y reparación.