La provincia que lo tiene todo: sierras, valle, bosques, salinas, ríos, lagunas y mar. Córdoba tiene diversos ecosistemas que la hacen única, y como si todo lo mencionado fuera poco, también tiene volcanes con muchísima historia detrás.
Los volcanes de Pocho, una cadena de cráteres de la era cenozoica con exóticas palmeras nativas, se encuentran en el noroeste provincial y son una buena alternativa para los amantes del turismo aventura, donde durante largas caminatas en paisajes insólitos se van descubriendo los tesoros arqueológicos que regala nuestra provincia.
Estos antiquísimos conos volcánicos que datan de hace más de siete millones de años son un rincón poco conocido ubicado cerca de las localidades de Taninga y Salsacate, en el departamento de Pocho, cuenta con algunos sitios históricos donde habitaban aleros y morteros Comechingones que marcaron la idiosincrasia del pueblo pochano. A su vez, el lugar conserva restos fósiles que se escondían en las entrañas de la cadena de sus sierras.
Similar a pirámides naturales, albergan una geografía particular que se contrasta con la de otras regiones de la provincia siendo un espectacular paisaje de un pasado que alguna vez estuvo más animado.
Los productos volcánicos emitidos en el período Terciario, hoy se encuentran esparcidos en una gran área de la Pampa de Pocho, que pueden ser observados a lo largo del tramo de la ruta provincial 28.
Los últimos estudios realizados por investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba determinaron que la región supo ser una gran caldera volcánica, es decir, que aunque se los conoce como volcanes en realidad son domos.
Algunos de los picos que aún se mantienen de pie son el Ciénaga, de 1.300 metros de altura, que da la bienvenida con su forma cónica; y el cerro Poca, de 1600 metros, oculto entre los cerros Azules y Yerba Buena, que con sus 1.760 metros sobre el nivel del mar, es el punto más alto de las Sierras de Pocho.
Las opciones para llegar son tres: desde Córdoba son 231 kilómetros, tomando el camino de las Altas Cumbres por la Ruta Provincial 34 hasta llegar a Mina Clavero para dirigirse hacia Taninga, atravesando Cura Brochero y Panaholma. Por la ruta 38 hay 256 kilómetros y se debe entrar por Villa de Soto para luego tomar la Ruta Provincial 15 hasta Taninga. Por último, se puede ir por la Ruta Provincial 28, camino a Los Gigantes, sumando una distancia de 170 kilómetros.
El acceso a los volcanes está en propiedades privadas, pero existen senderos habilitados para llegar a la cima del volcán Poca y presenciar una increíble postal entre sierras y arroyos, con los cinco volcanes inactivos y un campo repleto de palmeras caranday.
Las travesías a pie sugeridas tienen una duración de tres días, donde se puede ascender a las sierras y armar campamento en la base de los volcanes.
Se emprende un recorrido de 10 kilómetros rodeando el volcán Ciénaga, a través de campos, monte y palmeras, hasta el campamento base del cerro Poca en Alto de la Cruz, un buen punto para pasar la primera noche, tras una marcha estimada de ocho horas.
La cumbre en el cerro Poca espera al segundo día, donde es posible avistar cóndores y diversas aves típicas de la zona en una caminata de 15 kilómetros.
El último tramo del circuito que se recorre al tercer día, contempla una caminata por el margen del arroyo Cañada de Salas hasta el pueblo homónimo, a los pies del cerro Veliz. Allí comienza el ascenso al cerro Corralón, el cráter de un volcán a 1.200 metros sobre el nivel del mar, que en la antigüedad era utilizado como corral para los animales.
En las últimas dos horas de marcha se visualizan sitios históricos y vestigios arqueológicos como aleros y morteros utilizados por los Comechingones, aborígenes que poblaban el lugar.
El trekking de esta actividad es de dificultad media a alta y requiere de aptitud física ya que algunos tramos son más exigentes que otros. La predisposición es clave a la hora de afrontar sus extensas jornadas.
La Finca Posada del Volcán es otra opción recomendada ya que ofrece alojamiento y gastronomía y es un buen punto de partida, siendo el único acceso a la cima del Ciénaga. Norma, la dueña de la posada, acompaña a sus clientes hasta la iniciación de la escalada que dura tres horas aproximadamente.
El hospedaje cuenta con habitaciones con baño privado y aire acondicionado; y el lugar se destaca por una calidez similar a la que se siente en el hogar, donde los detalles en cada rincón brindan una experiencia única que se complementa al momento de escalar su volcán.
En la finca se puede hacer uso de sus instalaciones como la piscina y disfrutar de paseos entre una quinta de frutales y el pequeño viñedo de uvas malbec con el plus de su cava. A enero, el valor era de $ 20.000 por persona cada noche, con desayuno incluido.
En la zona se puede almorzar en distintos paradores conocidos por sus increíbles sabores gastronómicos, siendo el cabrito a la parrilla el plato más destacado y ofrecido. Los fiambres, mermeladas y dulces caseros producidos por los vecinos son también otro destacado de las Sierras de Pocho.