Un guardia de seguridad del Sanatorio Finochietto, en la Ciudad de Buenos Aires, cumplía su jornada nocturna cuando, a las 3 de la mañana, se abrieron las puertas automáticas y él se levantó para recibir a una “mujer” grande.
Anotó sus datos en la carpeta de registro, quitó el seguro y la dejó pasar. Les avisó a los empleados de salud del noveno piso que la mujer se dirigía a la habitación 915 para buscar el DNI y las pertenencias de una paciente que había muerto el día anterior.
El tiempo pasó y el empleado nunca la vio salir, así que les avisó a los empleados que estaban en el piso, pero ellos le aseguraron que no vieron o atendieron a nadie.
Ante la duda, decidieron revisar las cámaras. Así, comprobaron el hecho insólito. El empleado actúa con naturalidad y se lo ve reaccionar como en una conversación corriente.
Cuando revisaron la carpeta de registro para verificar con quién había hablado el guardia, encontraron que el nombre, apellido y DNI coincidían con el de una paciente que había muerto en el sanatorio. Esa fue la primera versión que trascendió.
Las hipótesis que se manejan hasta el momento
Las autoridades tienen dudas sobre lo que pasó. Desconocen quién grabó con su celular las imágenes de la cámara de seguridad. Además, las puertas de ingreso no funcionaban bien.
Desde el sanatorio se mostraron descontentos con el hecho, ya que les representó una pérdida de tiempo muy grande: debieron pasar toda la mañana contestando llamadas de diferentes paises sobre el episodio.
Hay rumores de que el guardia, que trabaja para una empresa de seguridad, pudo haber querido hacer una broma.
Tampoco quedó registrado el ingreso de ningún paciente en la planilla, como había trascendido en un primer momento.