El proyecto sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) comenzará a discutirse hoy en el Congreso, en un contexto parlamentario inédito que encuentra tanto al kirchnerismo como al macrismo mirando con desconfianza la “letra chica” del texto que la semana pasada rubricó la administración de Alberto Fernández con el staff del organismo multilateral de crédito. Esta excepcional coincidencia entre los núcleos duros que responden a los dirigentes más influyentes de la política nacional, Cristina Kirchner y Mauricio Macri, obedece a motivos diferentes.
En el cristinismo el detalle fino del memorando de entendimiento genera incomodidad. Consideran que un ajuste en el corto plazo, con auditorías periódicas del Fondo, dinamita las pretensiones del Frente de Todos (FdT) de alzarse con un triunfo en las elecciones presidenciales de 2023. Por su parte, en Juntos por el Cambio (JxC), los “halcones” del PRO que responden a Macri entienden que el pacto supone una “bomba de tiempo” para el próximo Gobierno, al que aspiran alcanzar.
En este marco, se espera una semana de acalorados debates en el Parlamento, con un final incierto y la confirmación de que tanto en el oficialismo como en la oposición sus integrantes votarán divididos y, por tanto, no están aseguradas aún las voluntades requeridas para que el proyecto se convierta en ley.
En concreto, el acuerdo entre la Argentina y el Fondo para refinanciar la deuda récord de US$ 45.000 millones que tomó la gestión de Mauricio Macri en 2018 comenzará a debatirse este lunes en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados que contará con la presencia del ministro de Economía, Martín Guzmán; y cuyo tratamiento el oficialismo aspira a llevar entre jueves y viernes al recinto. El cronograma de trabajo acordado el jueves pasado entre el FdT, JxC y los interbloques Federal y Provincias Unidas, estableció que mañana, en tanto, asistirán representantes sindicales y empresarios y que el miércoles se dará el debate interno en las comisiones de Presupuesto y Hacienda, y de Finanzas.
Al filo del viernes último, tras conformar el cronograma para el análisis en comisión del entendimiento con el organismo, el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, pidió “responsabilidad” a todos los sectores que estarán involucrados en el debate; y recordó que “ésta no es una deuda del presidente Alberto Fernández”, sino que “es una deuda de la Argentina y los gobiernos somos circunstancias en la historia de los países”. En la víspera, el propio mandatario nacional mostró su rechazo al organismo internacional y advirtió que el acuerdo no condicionará la política social, educativa, científica ni de infraestructura: “Discutí durante dos años con ese mismo Fondo Monetario Internacional que yo desprecio tanto como todos”, se despachó Fernández ante un encuentro con concejalas e intendentas oficialistas del interior del país.
El oficialismo votará dividido el entendimiento con el Fondo
Es un hecho que el oficialismo votará dividido en el Congreso. En la previa, algunos funcionarios y legisladores salieron a tomar posición, para un lado y para el otro. En ese escenario llamó la atención el planteo que el ministro del Interior y miembro de La Cámpora hizo durante su gira por España.
En una entrevista con el diario El País, Eduardo “Wado” De Pedro consideró al pacto como “un acuerdo que evita una catástrofe económica en lo inmediato en Argentina”, diferenciándose así del líder de la agrupación, Máximo Kirchner. En tanto, diputados experimentados como José Luis Gioja y Carlos Heller instalaron la idea de votar a favor pero “con la nariz tapada”.
A su tiempo, la vicejefa del bloque de senadores, la camporista Anabel Fernández Sagasti, confirmó que en su bancada no habrá un voto unificado: “En mi caso aún lo estoy pensando”, anticipó.
JxC discute una postura conjunta que intente sostener la unidad
En un encuentro virtual, ayer los integrantes de la Mesa Nacional de JxC comenzaron a definir una postura común sobre la renegociación de la deuda externa, cuestión que en los últimos días profundizó las internas.
Por caso, entre los “halcones” del PRO que responden a Mauricio Macri se encuentra el diputado Luciano Laspina, vicepresidente primero de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja, quien anticipó su enérgico rechazo al acuerdo, al remarcar que si bien “sirve para evitar un default”, “siembra las semillas de una crisis futura”.
La Coalición Cívica es el partido que más se acerca a la idea de acompañar el proyecto enviado por el Gobierno; mientras que en la UCR las cosas también están confusas: algunos piden esperar la exposición de Martín Guzmán, y otros todavía mantienen vigente la posibilidad de acompañar el proyecto.
El Fondo involucra a las provincias
El acuerdo alcanzado la semana pasada por el Ejecutivo Nacional con el Fondo Monetario Internacional (FMI) establece límites a las transferencias discrecionales de fondos de la Nación a las provincias, lo cual preocupa a los gobernadores, sobre todo a quienes gobiernan los territorios más dependientes de los fondos nacionales.
Entre las 137 páginas del documento de entendimiento, en el capítulo “Otros gastos corrientes”, se sostiene que “a fin de liberar recursos para las prioridades clave, procuraremos racionalizar otros gastos y, a la vez, proteger los ingresos reales de jubilados y pensionados y empleados del sector público”.
A partir de ese objetivo, el Gobierno se compromete a llevar a cabo “acciones para limitar las transferencias discrecionales a provincias y empresas estatales”.
Este punto fue mirado con recelo por parte de gobernadores y ministros de economía provinciales. Cabe mencionar que su relevancia está ligada a la alta cifra que el año pasado fue transferida en concepto de giros no automáticos o discrecionales.
Según la consultora Aerarium, dirigida por Paulino Caballero, ex Subsecretario de Relaciones con Provincias del Gobierno anterior, durante el año 2021 este tipo de transferencias totalizaron en $485.506 millones, siendo Buenos Aires y Córdoba las provincias más beneficiadas. Además, en el acuerdo presentado al Congreso se contempla una revisión del impuesto inmobiliario federal, que impactará de manera negativa sobre las tasas inmobiliarias provinciales y su recaudación.