El gobernador Juan Schiaretti recibió el viernes pasado al presidente Alberto Fernández, en lo que fue la segunda visita a Córdoba del mandatario nacional en dos años y medio de gestión. En ese marco, el titular del Centro Cívico le recriminó la falta de dólares que traba insumos claves para la industria automotriz.
La agenda de Fernández incluyó una primera escala en la automotriz japonesa Nissan, que vive un repunte de producción, pero con ventas que empiezan a estrangularse por la falta de dólares para comprar insumos básicos para fabricar los autos, además de un cepo que se agrava semana a semana ante la dificultad del Banco Central para acumular reservas.
En esa línea, en su discurso Schiaretti eligió concentrarse en ese reclamo: “El Estado debe subsidiar el empleo, no el desempleo”, afirmó mirando al jefe del Estado. Es que la Provincia hace un aporte con recursos propios para que la automotriz contrate 550 nuevos puestos de trabajo para la fabricación del nuevo modelo de la Nissan Frontier, financiando parte de los salarios.
Cuando le tocó hablar a Fernández, intentó hacerle un guiño a Schiaretti, al decir que “el trabajo dignifica. Y a eso, el Gringo y yo lo sabemos porque vinimos de la misma cuna”. Sin embargo, el Gobernador ni se inmutó. Luego de ese cruce, Schiaretti y Fernández visitaron la nueva planta de tratamiento de líquidos cloacales de Bajo Grande.
Por último, el Presidente fue a un encuentro con los intendentes albertistas en el sindicato de Camioneros .Cabe mencionar que Fernández llegó a Córdoba acompañado por los ministros de Producción y de Obras y Servicios Públicos, Matías Kulfas y Gabriel Katopodis, respectivamente, además del ex senador albertista Carlos Caserio. Por su parte, en la comitiva del gobernador se destacó la presencia del intendente Martín Llaryora.