La dinámica del proceso inflacionario preocupa a la población por el continuo deterioro de su poder adquisitivo y los economistas advierten que en caso de no frenarse las consecuencias en pocos meses pueden ser devastadoras.
«La dinámica económica experimentada en los últimos tiempos, encuentra algunas preocupantes semejanzas a los períodos previos de los tres episodios hiperinflaciones registrados en la historia de Argentina», indicó un trabajo del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana(IERAL).
En ese línea puntualizó que «la inflación promedio de los últimos tres meses es similar a la que se produjo en octubre y noviembre de 1988», ocho meses antes del estallido de la hiper de 1989.
Pese a esta inquietante comparación, IERAL consideró que el gobierno tiene a su mano herramientas para evitar el escenario tan temido.
«Si el gobierno cumpliera con las metas fiscales comprometidas y los desembolsos del FMI se ejecutaran de acuerdo a lo previsto, éstos serían factores compensadores, de la mano del extraordinario nivel de los precios internacionales de los principales productos de exportación del país», afirmó el estudio económico que pertenece a la Fundación Mediterránea.
No obstante, el informe no pierde el eje sobre los problemas económicos que no son resueltos por el Gobierno nacional, entre ellos el nivel de acumulación de reservas que está por debajo de lo previsto.
«El contraste con los datos de 2021 es muy significativo. A esta altura del año pasado, el Banco Central había podido concretar compras netas de divisas en el mercado oficial de cambios por US$ 6 mil millones mientras que en igual período de este año el saldo es de sólo 932 millones de dólares», puntualizó.
Desde el Gobierno respondieron en varias ocasiones a esta observación culpando al shock externo que modificó la estacionalidad en los sectores clave para la conformación de reservas.
En el ministerio de Economía dicen que la liquidación de los productores es más lenta que el año pasado y que hay demoras en el giro de diversas asistencias ya aprobadas por organismos internacionales como el BID.
Por ejemplo, en esa línea esperan un ingreso de US$ 500 millones de un línea que debía haberse autorizado en junio y que por razones burocráticas se demoró.
Además remarcan que se adelantaron los pagos por la importación de energía con el agregado del aumento de precios por la guerra entre Rusia y Ucrania.
En el Palacio de Hacienda entienden que en los próximos meses se corregirán los desvíos y mantienen la meta de acumulación de US$ 5.800 para todo el año.
El IERAL también remarcó que «el exceso de gasto complica el objetivo de acumular reservas» y enfatizó que la «dinámica económica se ha potenciado por la crisis registrada en el mercado doméstico de deuda pública».
A los datos negativos, le añadió que «la economía se encuentra prácticamente estancada, el Banco Central cuenta con muy pocas reservas propias, el índice de Confianza en el Gobierno (ICG – UTDT) continúa cayendo».
Y continuó con la descripción: «la semana pasada se registraron fuertes caídas en los precios de los bonos ajustados por CER anticipando posibles problemas de financiamiento, el proceso de huida del dinero doméstico (pesos) continúa acelerándose, al tiempo que crece considerablemente el grado de indexación en la economía (ajuste del 60% en paritarias del sector bancario)».
«Gran parte de esta dinámica fue experimentada por nuestra economía en los períodos previos a las hiperinflaciones de 1975, 1985 y 1989 tal como los definen Kehoe y Nicolini en un recomendable libro1 que analiza la dinámica de las principales economías de América Latina en los últimos 60 años», concluyó el informe de IERAL.