El primero de los superclásicos que disputaron River Plate y Boca Juniors dejó deudas por todos lados merced al empate 0-0 registrado ayer en el Monumental. Con un marco colorido en el que el recuerdo de la final de Madrid no estuvo ausente, el cotejo válido por la 5ª fecha de la Superliga mostró mejor parados a los de Marcelo Gallardo simplemente porque fueron los que intentaron jugar.
Para Boca (11 puntos), en tanto, sólo quedó rescatar un punto que si bien le permitió salir airoso del cotejo, al mismo tiempo significó perder la punta del campeonato a manos de San Lorenzo (13). River, por su lado, se quedó con 8 unidades, alejado del primer pelotón. De todas maneras, y más allá de las intenciones del local, quedó claro que en las tribunas y en el ambiente todos palpitaron la serie de semifinales de la Copa Libertadores, que comenzará a jugarse recién dentro de un mes, el 1 de octubre, en el Monumental.
Con uno no se puede
De arranque, River ejerció la acostumbrada presión en tres cuartos de cancha ofensiva y trató de circular el balón, pero se encontró con el avaro esquema visitante. La presencia de Enzo Pérez en la línea media fue vital para que River manejara todo el ritmo. De todas maneras, River no estuvo fino en ese tramo y el partido naufragó en la anomia.
Para la segunda mitad todo fue toque millonario que tuvo el gol con Pratto, Martínez Quarta y Santos Borré, pero siempre apareció la figura de Ezequiel Andrada. Boca, en cambio, sólo tuvo las posibilidades de Kevin Mac Allister y el ingresado Carlos Tevez. Muy poco para aspirar a algo más.
Esteban Andrada estableció un nuevo record de imbatibilidad en Boca, con 868 minutos sin recibir un gol superando la anterior marca de Antonio Roma, de 782 minutos.
Al minuto 25 (la gallina en la quiniela), los hinchas millonarios lanzaron una lluvia de globos negros para recordar la final de Madrid.
“Queríamos ganar, vinimos a ganar, pero no se pudo”. Carlos Izquierdoz.
“Ellos vinieron a buscar el empate, no propusieron juego. Fuimos el único equipo que quiso ganar”, Nacho Fernández.