Con los preparativos para el acto del 25 de mayo por los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner a todo vapor, las internas en el oficialismo se siguen calentando de manera acelerada, al punto que el presidente Alberto Fernández confirmó en las últimas horas que no asistirá a la plaza donde el Frente de Todos (FdT) pretendía mostrar una foto de unidad en medio de un baño de masas popular.
Más grave aún, los voceros presidenciales dejaron trascender que el Jefe de Estado sí participará el próximo jueves del último Tedeum que lo tendrá en el sillón de Rivadavia en la Catedral Metro-politana de Buenos Aires, a cargo del cardenal Mario Aurelio Poli. Más tarde, ese mismo día, el oficialismo realizará el acto en Plaza de Mayo que tendrá como única oradora de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Ocurre que, según los trascendidos en la prensa porteña, las declaraciones recientes del mandatario sobre la estrategia electoral que debe seguir el oficialismo y sobre la obra pública en las gestiones de Fernández de Kirchner cayeron muy mal en las filas del kirchnerismo. Sucede que Fernández habló de una supuesta “imprudencia ética muy grave” por parte de la ex presidenta al “firmar acuerdos” con el empresario Lázaro Báez, que luego derivaron en sendas causas judiciales.
Ayer, sin embargo, el presidente pidió que cesen las peleas dentro del FdT en un acto donde cargó duramente contra la oposición de Juntos por el Cambio (JxC), a la vez que vaticinó que el oficialismo ganará las elecciones de este año. “Dejemos de pelear entre nosotros porque somos lo mismo: somos hijos de Perón y de Evita. Sabemos qué intereses defendemos y de qué lado pararnos”, planteó el mandatario, quien aseveró que “cuando llegue el momento, cualquiera de nosotros, al que le toque gobernar, va a estar al lado de los que trabajan y necesiten, los desposeídos. Esos fuimos, somos y seremos siempre”.
“No le entreguemos el poder a quien para resolver los problemas de la Argentina le sacó el 13% de los jubilados, a los que manejaban el Pami cuando Favaloro se suicidó, a un irresponsable que habla de libertad y de cambiar el sistema cuando es el mayor defensor del sistema desigual en el que vivimos”, reclamó el Presidente en referencia a Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Javier Milei, respectivamente.
“El 10 de diciembre va a haber otro gobierno, va a ser uno o una de los nuestros”, vaticinó además Fernández, quien planteó: “A los argentinos que están desalentados y preocupados, hay que animarlos y hacerlos entender que el problema no está adentro sino en frente”.
Por lo pronto, la respuesta de los dirigentes de la oposición no tardó en llegar y la propia Bullrich le envió un mensaje a través de Twitter, donde describió los índices negativos que tiene el gobierno nacional y luego le reclamó directamente al Presidente: “No se ocupe de mí. Dedíquese a gobernar el tiempo que le queda en vez de atacar”.
De Pedro habló “contra el bullying”
El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, comenzó a realzar su perfil en el oficialismo, pese a que en las últimas horas sufrió un ataque del periodista Gabriel Levinas, quien aseguró que “la sociedad argentina no está preparada para tener un candidato a presidente tartamudo”.
Tras el episodio, casi hablando como candidato, De Pedro convocó ayer a los jóvenes a construir una “Argentina contra el bullying” y a “cortar con los discursos de odio”. “Yo tengo una disfluencia en el habla. ¿Hay alguien acá que tenga tartamudez?”, preguntó De Pedro en un acto, y varias manos se alzaron entre los cientos de jóvenes presentes.
Ante ello, aseguró que trabajará “para hacer una sociedad mejor, para aceptarnos como somos” y para que haya “líderes positivos que corten con la situación de bullying”. A su vez, la Asociación Argentina de Tartamudez (AAT) salió a repudiar los dichos de Levinas, a los que calificó como “discriminatorios y peyorativos”.
“Este tipo de aseveraciones no hacen más que dañar a las personas que tartamudean”, lamentó la AAT. Por su parte, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, consideró que “lo que dice Levinas no es solo discriminación, sino también violencia política para tratar de sacar de la cancha a un adversario”.