La grave situación que atraviesa Argentina desde hace algunos años produjo que una de las principales industrias históricas del país se encuentre en crisis. Se trata de la producción de cuero, la cual acumula una contracción de más del 60% en los últimos cuatro años, con el cierre de más de cien fábricas y la pérdida de unos 3.500 puestos de trabajo. Estos alarmantes datos fueron aportados ayer por la Cámara Industrial de Manufacturas del Cuero y Afines (Cima), que además estimó que este año “va a cerrar con una reducción productiva similar a la que tuvimos en 2018”.
Según advirtió la entidad, el cierre de fábricas y las pérdidas de empleo no son el único factor desfavorable. Afirman que a estas variables se les suman “los costos fijos crecientes y las caídas consecutivas e ininterrumpidas del consumo interno”. En consecuencia, desde la Cima le solicitaron al gobierno nacional que se abstenga de aplicar una rebaja del arancel común del Mercosur, intención impulsada por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. La razón de esta solicitud es que “no se encuentran actualmente dadas las condiciones mínimas de estabilidad y fortaleza del tejido productivo, para considerar que pueda generarse algún impacto positivo en avanzar con una reducción del arancel externo común”.
En este sentido, el presidente de la entidad empresaria, Ariel Aguilar, señaló que la Cámara “no fue consultada sobre la aplicación de esta medida, que perjudica aún a las manufacturas del cuero y afines, un sector que viene golpeado por el fuerte aumento en las importaciones, en las tarifas y por la caída del consumo en el mercado interno”. “Cualquier propuesta de reducción de la estructura arancelaria debe estar acompañada en forma simultánea y proporcional por políticas impositivas, logísticas, financieras e industriales que mejoren la competitividad de la producción argentina desde todos los aspectos, como está avanzando Brasil”, añadió el dirigente.