Israel prosiguió ayer su ofensiva contra el movimiento terrorista Hamás en la Franja de Gaza, después de que Estados Unidos bloqueara una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un cese del fuego inmediato tras más de dos meses de guerra.
En el sur del enclave, un bombardeo israelí en la ciudad de Khan Yunis dejó seis muertos, mientras que otras cinco personas perecieron en un ataque en Rafah, en la frontera con Egipto. Por su parte, las brigadas Ezzedin Al Qasam, brazo armado de Hamás, reivindicaron nuevos ataques con cohetes contra el sur de Israel.
De acuerdo con el movimiento islamista, al menos 17.700 personas, en su mayoría mujeres y niños, fallecieron en los bombardeos y operaciones terrestres israelíes en Gaza desde el inicio de la guerra el 7 de octubre.
La resolución para pedir un “alto al fuego humanitario inmediato” presentada en la ONU a pedido del secretario general, António Guterres, fue vetada el sábado por Estados Unidos, principal aliado de Israel, y uno de los cinco miembros con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Para el representante adjunto de Estados Unidos en la ONU, Robert Wood, la resolución estaba disociada de la “realidad” y “no hubiera movido ni una aguja en el terreno”. En tanto, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu pidió ayer a los combatientes de Hamás que depongan las armas, y afirmó que se han registrado muchas rendiciones en los últimos días que anuncian “el inicio del fin” del movimiento islamista palestino. “En los últimos días, decenas de terroristas de Hamás se han rendido ante nuestras fuerzas. Deponen las armas y se entregan a nuestros heroicos guerreros”, dijo Netanyahu.