El presidente Javier Milei echó hoy a su ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, siendo el primero de los integrantes del Gabinete que deja el cargo a un mes y medio de llegar a la Casa Rosada.
Al parecer, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, le pidió la renuncia a Ferraro tras responsabilizarlo por filtrar información sensible de la reunión de ministros de este jueves por la mañana.
La noticia de la salida de Ferraro se confirmó a última hora, luego de varias horas de rumores sobre posibles cambios en el Gabinete de La Libertad Avanza (LLA).
En el entorno de Milei culparon al ahora ex titular de Infraestructura por supuestamente haber sido quien filtró a la prensa la advertencia del jefe de Estado contra los gobernadores por los recursos que podría quitarles si no se aprueba la ley ómnibus en el Congreso.
En un momento tan sensible para la negociación, esa información no cayó nada bien en las provincias y en los legisladores.
Horas después de un día en el que se tensó aún más el diálogo con los mandatarios provinciales y que los votos para la Ley de Bases no están asegurados, Ferraro salió eyectado de la gestión que arrancó el 10 de diciembre pasado.
Ferraro estuvo durante 45 a cargo del Ministerio de Infraestructura, que incluye las áreas clave de Transporte, Obras Públicas y Comunicaciones.
Con esta decisión, también cambia el organigrama del Gobierno, ya que Infraestructura se reducirá al rango de secretaría y que sus funciones queden a cargo del ministro de Economía, Luis Caputo, quien se quedará con más poder y protagonismo en el gobierno.
Ferraro había sido de los primeros ministros confirmados por Javier Milei, incluso antes de asumir como presidente.
Tenía experiencia en el sector público-privado, habiéndose puesto al frente de iniciativas PPP en 2017 y 2019 como director de KPMG Argentina, firma global que provee servicios de Auditoría, Impuestos y Asesoría.
La reunión de la discordia
Este jueves por la mañana, el Presidente reunió a su Gabinete en el Salón Eva Perón de Casa Rosada y avanzó en delimitar las estrategias para conquistar media sanción en la Cámara de Diputados.
Según trascendió, el Presidente definió ir a fondo contra los gobernadores y les trasladó a sus colaboradores que deben dejar en claro que «si la ley no se aprueba, las más perjudicadas van a ser las provincias».
Incluso, instruyó al ministro de Justicia, Mariano Cuneo Libarona, a presentar la propuesta ante el procurador general, Eduardo Casal, para avanzar en la creación de una fiscalía especial que investigue a funcionarios públicos involucrados en episodios de corrupción.
«Ir con buenas intenciones en algunos sectores no dar resultado, te tenés que poner en hijo de puta», subrayó una fuente de Casa Rosada, y remarcó: «Es un claro mensaje a los gobernadores para que presionen a sus diputados para que voten».
Durante el intercambio que se extendió poco más de una hora, se lo escuchó al ministro de Economía advertir que «si esta ley no llega a buen puerto se va a seguir ajustando el gasto público de todas las maneras alternativas que haya, incluyendo las partidas que se asignan a las provincia».
La intención del Gobierno es «socializar con los gobernadores el costo de la ley» si los cambios económicos que la administración apunta a aplicar no pasan el filtro del Parlamento.
Del encuentro participaron la vicepresidenta Victoria Villarruel, Posse y los ministros Ferraro, Caputo, Guillermo Francos (Interior), Mariano Cúneo Libarona (Justicia), Mario Russo (Salud), Patricia Bullrich (Seguridad), Sandra Pettovello (Capital Humano), y Luis Petri (Defensa), además de los secretarios Karina Milei (General de la Presidencia), Eduardo Serenellini (Comunicación y Prensa) y José Rolandi (Ejecutivo de Gobierno de la Jefatura de Gabinete); el el vocero presidencial, Manuel Adorni y el asesor presidencial, Santiago Caputo.
Horas después de esa reunión, el Presidente culpó a Ferraro por la difusión de los diálogos y decidió echarlo.