La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 14 de agosto pasado la emergencia de salud pública de importancia internacional por el brote del virus Mpox registrado en varios países del continente africano con el fin de poder implementar acciones de respuesta que eviten la propagación y de esta manera, protejan a la población.
Ante esta declaración de la viruela símica como emergencia sanitaria, se vuelve necesario fortalecer la vigilancia epidemiológica de esta enfermedad en nuestra provincia. En este marco, el Ministerio de Salud de Córdoba, a través de la Red de Infectología Provincial, presentó el protocolo de acción ante posibles casos de viruela símica – Mpox que pudieran registrarse de manera local.
En este sentido, se aclaró que la vigilancia está activa y a la fecha no se registraron casos. La viruela símica constituye una patología de notificación obligatoria e inmediata, por lo cual, ante la sospecha clínica o epidemiológica, los efectores de salud deben dar el aviso de acuerdo al protocolo vigente.
Sobre la viruela símica o Mpox
Es una infección que puede transmitirse de animales a personas (zoonosis) y de una persona a otra. Esta afección es causada por el virus de la viruela del simio, que pertenece a la familia de los ortopoxvirus.
Respecto a la transmisión de animales a personas, las vías a considerar son el contacto directo con la sangre, los líquidos corporales, las lesiones de la piel, o las mucosas de animales infectados (manipulación de monos, ratas de Gambia o ardillas infectadas).
En tanto, la infección puede pasar de una persona a otra por contacto cercano con secreciones de las vías respiratorias (gotas de saliva que se expulsan al hablar, toser o estornudar), o lesiones en la piel de quien cursa la infección (erupciones, líquido o sangre de las lesiones cutáneas o mucosas, o costras).
También se puede trasmitir a través de objetos contaminados recientemente con los fluidos del/la paciente o materiales de la lesión (ropa, toallas, ropa de cama o utensilios para comer).
Sobre el particular, tienen mayor riesgo de infección las personas que interactúan estrechamente con alguien infectado; ya sea el personal de salud, miembros de la familia/cuidadores o las parejas sexuales.
Asimismo, puede ocurrir por inoculación o a través de la placenta (Mpox congénita). El período de incubación generalmente es de 6 a 16 días, pero puede variar entre 5 y 21 días.
En cuanto a los síntomas, durante el periodo de invasión (hasta el día 5), puede presentarse fiebre, dolor de cabeza intenso, aumento en el tamaño de los ganglios, dolor muscular y cansancio. Entre uno o tres días luego del inicio de la fiebre, aparecen distintas fases del exantema –(erupciones en la piel).
Se trata de lesiones vesiculares (pequeñas ampollas) que evolucionan a pústulas (lesiones con pus), características de esta enfermedad. Generalmente se presentan primero en la cara y luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son el rostro, las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Ante la presencia de síntomas, especialmente si existen antecedentes de viaje a zonas de casos o endémica, o si se ha tenido contacto estrecho con una persona que contrajo el virus, se indica aislamiento, utilizar barbijo y realizar una consulta médica.
Estos signos pueden durar de 14 a 21 días y la enfermedad suele auto limitarse. Los grupos más vulnerables son niños y niñas, de acuerdo al grado de exposición al virus, al estado de salud y al tipo de complicaciones que puedan aparecer.
En su prevención es clave reducir el riesgo de transmisión de los animales a las personas en regiones endémicas y de persona a persona. Para ello, es necesario evitar el contacto físico estrecho con quienes hayan contraído el virus, sostener una adecuada higiene de manos y el aislamiento de los y las pacientes.