BRUSELAS.- Mientras la pandemia del coronavirus sobrepasa a nivel mundial los 55.000.000 de contagios, Europa se sigue batiendo a duelo con una segunda ola que si bien empieza a mostrar algunos signos de apaciguamiento en países como Francia, ya obligó a más de la mitad del continente a volver a un confinamiento estricto de la población, con los consiguientes conflictos que genera a nivel económico y social.
El malestar no tarda en manifestarse: ayer, una manifestación en Atenas prohibida por el confinamiento fue reprimida duramente por la policía con gases lacrimógenos, granadas de estruendo y carros hidrantes, donde un diputado resultó herido y un centenar de manifestantes detenidos. El Gobierno alemán, a su vez, prohibió una manifestación anticuarentena convocada para hoy en Berlín, donde se votarán nuevas medidas para mitigar la propagación de contagios, aunque está por verse si la ciudadanía acata la orden.
Al mismo tiempo, los gobiernos de varios países europeos impulsan la implementación de un impuesto a las grandes fortunas para combatir la crisis económica provocada por la pandemia, con la resistencia consiguiente del establishment. En España, el Gobierno de Pedro Sánchez acordó a fines de octubre subir los impuestos para las grandes empresas y las ganancias altas; mientras que en Rusia Vladimir Putin anunció que aplicará un impuesto del 15% a los dividendos en las cuentas extranjeras y uno del 13% a los depósitos bancarios de más de 13.000 dólares.
También en Italia, el Gobierno de Giuseppe Conte busca impulsar un impuesto progresivo durante 2020 y 2021, más conocido como Tasa Covid”, que pretende tributar un 4% a las ganancias anuales de entre 94.000 y 118.000 dólares, un 6% a aquellas entre 356.000 y 593.000 dólares y 8% a las que superen los 1,18 millones de dólares. Similares medidas se discuten en Suiza y el Reino Unido, entre otros países.
A todo esto, los gobiernos siguen profundizando las medidas de restricción social a la espera de que pase el pico de la segunda ola del coronavirus. En Italia, casi la mitad de la población del país quedará desde hoy en zona roja”, con la prohibición de entrada y salida de sus regiones de residencia. Se trata de 27 millones de los 60 millones de habitantes del país, que deberán confinarse en sus regiones ante el dramático aumento de las muertes: ayer registró 731 decesos en las últimas 24 horas, una cifra altísima que no se daba desde principios de abril pasado.
Buscan apurar la compra de una vacuna
BRUSELAS. – El viejo continente se prepara para masivas campañas de vacunación tras los anuncios de la efectividad de las vacunas producidas por Moderna, Pfizer y la rusa producida por el Centro Gamaleya, todas en fase 3, aunque el problema pasa ahora por conseguir las virtuales dosis.
El director general de Moderna, Stéphane Bancel, informó ayer a los gobiernos europeos que la prolongación de las negociaciones para la compra de su vacuna puede retrasar las entregas, dado que darán prioridad a países que ya compraron hace meses, como Estados Unidos. Moderna entabló negociaciones con la Comisión Europea para la venta de 80 millones de dosis de la vacuna, y si bien estaban «avanzadas» aún no se llegó a ningún acuerdo: «Está claro que el retraso no limitará la cantidad total, ralentizará la entrega», aclaró Bancel.