«El uso de barbijo en verano sumado a realizar las tareas habituales como pueden ser caminar, realizar compras o trámites, no incrementa en demasía la demanda fisiológica de oxígeno, si es que todas ellas se realizan de forma tranquila y tomando los recaudos pertinentes en relación a las recomendaciones clásicas sobre la prevención del golpe de calor», dijo Damian Zopatti, médico generalista del Hospital de Clínicas de Buenos Aires.
El profesional explicó que la clave está en poder reconocer la necesidad de mantenerse hidratado. «Las personas mayores, por la edad, se vuelven menos sensibles a sentir sed, por lo que deben recordar y tener como hábito tomar agua. Cuando la temperatura sube y comienzan los síntomas el cuerpo puede haber perdido cantidades significativas de líquidos, que se deben reponer de forma constante», agregó.
Zopatti indicó que un estudio realizado en Canadá demostró que no hay «cambios significativos en la oxigenación con el uso de tapaboca en la actividad diaria cotidiana».
El golpe de calor es un cuadro de deshidratación generalizada que puede aparecer al momento o después de algunos días de altas temperaturas; y los síntomas son: sed, dolor de cabeza, la sensación de tener la boca pastosa y sudar en exceso.
En personas jóvenes suele darse mientras hacen entrenamiento físico debido a la pérdida de agua, en estos casos se recomienda hacer actividad física por la mañana temprano o por la tarde, luego de la caída del sol.
«Si la persona es joven, se le debe dar líquidos: la hidratación no debe hacerse solo con agua, es recomendable agregar bebidas con sales, o un jugo de fruta y después enfriar el cuerpo» agrega Zopatti.
Existen dos grupos de riesgo más propensos a sufrir golpes de calor: los ancianos y los niños. «Lo más importante es prevenir: las personas mayores y los bebés deben estar en condiciones frescas, con agua suficiente. Si comienzan a sudar mucho, o están demasiado tranquilos o tienen sed, hay que ofrecer líquidos. Y si se quedan dormidos o se desmayan hay que dar aviso al médico», dijo.
Algunas recomendaciones generales para evitar el golpe de calor:
– La ingesta de líquidos, en especial agua, durante todo el día. Aunque la cantidad varía en relación a la edad, sudoración y patologías de la persona; en forma orientativa se recomienda no menos de dos litros de líquidos fríos por día.
– Evitar comidas de lenta digestión y pesadas, y priorizar el de frutas y verduras.
– Usar ropa clara y fresca, en especial ropa de algodón evitando nylon o poliéster.
– Uso de gorras o sombreros frescos a la hora de transitar en horas de sol. El uso de anteojos de sol también ayuda.
– No realizar actividad física o exposición al sol entre las 11y las 16.
– Permanecer en espacios y ambientes ventilados tanto para realizar tareas habituales como para realizar ejercicios.
– Una ducha diaria con agua templada es recomendable a fin de reducir el calor corporal y remover la sudoración presente en la piel.
– Consultar con su médico sobre el consumo de líquidos adicionales o de medicamentos crónicos o nuevos.