Desde su creación, los juegos de azar han tenido un gran impacto en la sociedad. Pese a que la mayoría nacieron de la cultura popular, su entrada en los casinos hizo que se reservasen para ambientes muy exclusivos, copados por las clases más altas. Sin embargo, el conocimiento de unos pocos, y su posterior democratización a todo tipo de públicos, contribuyó a que tuviesen amplio reconocimiento en diferentes ámbitos.
En la actualidad, esa fama es mucho mayor. La llegada de las plataformas de juego en línea ha traído consigo el blackjack online, el poker online, la ruleta online…etc. Esto ha contribuido decisivamente a que cada vez más gente se haya acercado a estos juegos, e, incluso, haya querido saber un poco más sobre ellos. Y es que más allá de sus dinámicas de funcionamiento y sus divertidas partidas, estas disciplinas tienen un carácter histórico y científico bastante interesante.
Un claro ejemplo de ello es el blackjack. Este juego, donde los jugadores tratan de acercarse lo máximo posible con sus cartas al número 21 compitiendo contra el crupier, ha dado lugar a numerosos textos sobre estrategia. En esa búsqueda por la forma más adecuada de afrontar una partida, algunas personas se dieron cuenta de las estrecha relación existente entre el blackjack y varios aspectos importantes que se pueden observar en la rama matemática de la probabilidad.
Esta visión se ha consolidado, y hoy en día existe una opinión común de que este juego presenta una seria de elementos que lo convierten en muy cercano a ese estudio matemático. ¿Quieres saber por qué? En lo sucesivo podrás ver las razones más importantes que sustentan esta teoría.
Conjunto finito de posibilidades
El hecho de que este juego utilice barajas estándar de 52 cartas, ya sea una o varias, proporciona un conjunto definido de probabilidades conocidas. Esto es especialmente útil para calcular de forma muy precisa las opciones que hay de obtener determinadas combinaciones de números en cualquier turno de la partida.
Influencia de eventos pasados
En el blackjack hay una premisa clara: las cartas que se pongan boca arriba en la mesa no vuelven a barajarse (salvo que se acabe la baraja o se utilice un aparato tecnológico de mezcla). Esto significa que cada valor que le salga a un jugador influye decisivamente en lo que le pueda ocurrir posteriormente al resto. Esto no ocurre en otros juegos, como la ruleta, donde cada giro es independiente. Toda esta situación de las cartas puede ayudar a que el jugador define una estrategia en función a lo que va viendo.
Decisiones de juego en base a la probabilidad
Durante una partida de esta disciplina, el jugador puede hacer varias cosas: pedir (solicitar al crupier más cartas), plantarse (pedir que no le dé mas y quedarse con los valores que ya tiene), doblar (aumentar la apuesta inicial), y dividir (en caso de tener una mano con dos cartas con el mismo valor, separarlas en dos manos independientes).
Cualquiera de estas acciones debe estar influenciada por tres parámetros muy claros: el valor de la propia mano, la carta que tenga a la vista el crupier y el conteo de cartas que se haya realizado. Todo ello permite aplicar ciertos conceptos relacionados con la probabilidad.
Influencia de las reglas en las probabilidades
Las diferentes reglas con las que cuenta el blackjack tienen importancia en las probabilidades de victoria en la partida. Habría que referirse al número de barajas en juego; a la obligatoriedad de pedir o plantarse del crupier cuando tiene un 17 suave; o la opción del jugador de poder rendirse.
La estrategia que se adopte a la hora de jugar debe estar muy centrada también en estas normas, ya que el hecho de poder establecer alguna ventaja dependerá en gran medida de ellas.
Conteo de cartas
Se trata de un concepto que ya se mencionó anteriormente, pero sobre el que vale la pena profundizar, ya que es una de las grandes armas del jugador frente al crupier. Su principal complicación se centra en que hay que llevar a cabo cálculos de probabilidad en tiempo real y ser muy analítico, centrando al 100% los sentidos en las cartas que van saliendo a la mesa.
Simulación y modelos matemáticos
La llegada de la tecnología ha permitido avanzar mucho en la simulación de escenarios. El blackjack es ideal para intentar recrear situaciones de partidas con las que generar estrategias. Permite explorar conceptos más complejos, como la Ley de los Grandes Números, y establecer comportamientos que se puedan adoptar en ciertos momentos de juego.
Un azar más controlable
Es evidente que el blackjack es un juego de azar, pero no tiene el nivel de aleatoriedad que pueden presentar muchos otros, ya que una estrategia bien trazada tiene posibilidades de superar su carácter imprevisible. Precisamente ese hecho es el que lo convierte en un escenario perfecto para estudiar como las decisiones pueden aumentar las probabilidades de éxito.