Donald Trump ha logrado una victoria histórica en las elecciones presidenciales de EE.UU., completando un sorprendente regreso político. El republicano derrotó cómodamente a la demócrata Kamala Harris, quien había sido considerada la favorita en algunas encuestas, después de barrer varios estados clave y ganar por un amplio margen en el voto popular nacional. Así, con 78 años Trump se convierte en el presidente más viejo de la historia del país y el primer ex presidente en regresar a la Casa Blanca en más de 130 años.
Kamala Harris, por su parte, felicitó a Trump por su victoria, destacando la importancia de una transición pacífica de poder y comprometiéndose a ser presidente para todos los estadounidenses. Joe Biden también se comunicó con Trump para asegurar una transición sin contratiempos y ofrecer una reunión.
Trump, acompañado por su familia y su elegido para vicepresidente, JD Vance, celebró su victoria en West Palm Beach, prometiendo trabajar con energía y determinación para «hacer grande a América de nuevo». Elon Musk, uno de sus principales donantes, estuvo presente durante el anuncio de la victoria, y su apoyo se reflejó en sus mensajes positivos en la red social X.
El republicano logró ganar en varios de los estados bisagra más importantes, como Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Georgia y Carolina del Norte, y parece estar en camino de barrer todos los estados clave necesarios para su victoria. Además, las proyecciones indican que Trump probablemente ganará el voto popular nacional, algo que no consiguió en 2016.
Sin embargo, la victoria de Trump también refleja que Harris no logró conectar con ciertos grupos clave de votantes. Según las encuestas de salida, la vicepresidenta obtuvo el apoyo del 54% de las mujeres, un porcentaje inferior al 57% que Joe Biden consiguió en 2020. Además, el apoyo de los votantes negros y latinos también fue más bajo para Harris en comparación con Biden.
Trump también se benefició de su apoyo en los bastiones conservadores y en el sur del país, mientras que Harris solo logró imponerse en los estados liberales. La campaña de Harris, que había sido enfocada en temas como los derechos reproductivos y la lucha por convertirse en la primera mujer presidenta, no fue suficiente para ganar en los estados más disputados.
En lo que respecta al voto de las llamadas minorías, Kamala Harris y su campaña subestimaron la desconfianza de los hombres negros y latinos hacia el Partido Demócrata, lo que resultó en una pérdida significativa de apoyo entre estos votantes en las elecciones. A pesar de los esfuerzos de Harris, como la implementación de planes como el Opportunity Agenda para hombres negros y programas de asistencia para la compra de viviendas para hombres latinos, muchos votantes de color consideraron estos esfuerzos como tardíos y poco efectivos.
Por otro lado, Donald Trump logró mejorar su apoyo entre los hombres negros y latinos, obteniendo casi la mitad del voto latino masculino y duplicando su respaldo entre los hombres negros en comparación con las elecciones de 2020. Esto refleja una creciente desilusión con las promesas incumplidas del Partido Demócrata, particularmente en temas clave como la economía y la inmigración.
Líderes como Austin Davis, vicegobernador de Pensilvania, señalaron que los demócratas deben hacer un mejor trabajo al conectarse con los votantes de clase trabajadora, especialmente los de color, enfocándose en sus preocupaciones económicas y en la seguridad fronteriza. Además, la crítica al Partido Demócrata ha aumentado, pues muchos consideran que este partido ha dado por sentados los votos de los hombres negros, sin ofrecerles un enfoque realista a sus necesidades.
A su vez, ha surgido un cambio en la percepción política de los hombres negros, quienes ahora están dispuestos a considerar alternativas fuera del Partido Demócrata, algo que podría beneficiar a largo plazo a sus comunidades. Sin embargo, los republicanos también deberán realizar esfuerzos significativos para consolidar este apoyo y superar las barreras históricas que han existido con los votantes de color.
Una de las claves de la victoria de Trump fue el control que los republicanos lograron en el Senado, ganando tres escaños en West Virginia, Montana y Ohio, lo que les da una ventaja legislativa para implementar propuestas clave como la deportación masiva de inmigrantes ilegales y una reforma fiscal.
Trump también ha prometido reorganizar completamente el gobierno federal, despidiendo miles de servidores públicos y reemplazándolos por nombramientos políticos. En su discurso de victoria, mencionó que Robert F. Kennedy Jr., un ex demócrata conocido por sus posturas escépticas sobre las vacunas, podría ocupar un cargo clave en su administración.
A pesar de la victoria, Trump enfrenta desafíos legales relacionados con su implicación en el asalto al Capitolio de 2021 y otros procesos judiciales. Sin embargo, la situación ha permanecido en su mayoría pacífica, y las autoridades se han preparado para posibles incidentes de violencia.
Sin dudas, más allá de los desafíos que quedan, de los fallos de la campaña de Harris y de cómo será su gobierno, lo hecho por Donald Trump ya queda inscripto para siempre en la historia estadounidense y global como una de las grandes hazañas de la política del siglo XXI.