¿POR QUÉ?
San Francisco es la ciudad cabecera del departamento San Justo -en el noreste de nuestra Provincia- y tiene la particularidad de estar “pegada” a la ciudad santafesina de Frontera en el departamento Castellanos. Sabido es que desde hace mucho tiempo, este límite suele ser “zona rojísima de la delincuencia y un borde permeable” al negocio de la droga. Y entonces, de tanto en tanto, este cóctel explosivo desemboca en crímenes atroces que nada tienen que envidiar a las películas policiales más conmocionantes.
La fiscal de Rafaela, Fabiana Bertero, en colaboración con la Justicia Federal y de Córdoba, avanza en la investigación del crimen del niño Zamir Gael Torres -de sólo 4 años- víctima de una furibunda balacera cuyo destinatario era su padrastro Braian “Peladito” Martínez de 31 años, un habitual personaje de las crónicas policiales que también había estado preso. El tremendo hecho que muy factiblemente haya sido “un ajuste de cuentas”, sucedió el pasado 9 de julio en horas de la tarde, cuando el vehículo en el que viajaban Martínez y el niño, fue acribillado a balazos, en un ataque mafioso totalmente planificado. Según se supo, el “Peladito” manejaba un Ford Fiesta con Zamir sentado en sus piernas, y por eso el pequeño recibió ocho proyectiles y falleció en el acto, mientras que Martínez sufrió el impacto de seis balas y permanece internado en estado muy delicado y con serias heridas en la medula espinal. Fue tan dramático todo, que la propia madre de Zamir presenció el ataque y sacó el cuerpito del auto. Los asesinos huyeron rápidamente, abandonaron el Cronos gris que usaban en un descampado y le prendieron fuego. Por ahora, hay dos hermanos de 23 y 31 años detenidos e imputados por homicidio calificado y homicidio en tentativa. Sus familiares aseguran que son “perejiles” que nada tienen que ver con lo ocurrido, sin embargo el mayor tenía puesto un chaleco antibalas cuando fue apresado el pasado martes. Pero además habría al menos otros dos sujetos involucrados, ambos identificados y prófugos por ahora.
Es verdad que las miserias terrenales muchas veces escapan a nuestro entendimiento. Sin embargo, también es verdad que el dolor y la consternación pegan duro y no hay manera de aceptar que un “angelito” de 4 años como Zamir Torres, haya sido masacrado de la manera más bestial. Son en estos momentos, cuando muchos miramos al Cielo y preguntamos: ¿Por qué?
HACE LO QUE NO SE PUEDE
No es ninguna novedad que la actual Corte Suprema de Justicia está muy lejos de ser lo que debería y no precisamente por impericia, sino por conductas claramente direccionadas y arbitrarias, lejanas a la Constitución y al mundo del derecho, al que todos los jueces deberían ceñirse sin correrse ni un milímetro.
De los tres miembros de la conformación actual, Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz, es precisamente este último miembro quien, antes de integrar el Alto Cuerpo, era abogado de un prestigioso bufete que representaba los intereses de empresas importantes. En tal sentido, la Ley dice claramente que ningún juez puede resolver cuestiones vinculadas con personas o empresas para las que haya trabajado. No hace falta ser un genio para entender esta prohibición de sentido común, y que puede afectar la imparcialidad del magistrado. Sin embargo, en el año 2021, después de cinco años en la Corte, Rosenkrantz resolvió -de motu proprio- que a partir de ese momento ya podía tratar temas que involucraban a sus ex-clientes. Es más, la Ley no dice nada sobre ningún plazo, lo cual vuelve mucho más sorpresiva la aceptación de esta resolución de los jueces de ese momento, entre quienes también estaba el cordobés Juan Carlos Maqueda.
Desde ese momento al presente, Rosenkrantz ya votó en más de setenta casos de estas características. El último de hace algunos días, fue un fallo unánime que benefició a los directivos de Telecom, ya que anularon lo resuelto por la Cámara Nacional del Trabajo que extendía a los directivos de la empresa la responsabilidad en juicios y fallos laborales adversos. Según dijeron los jueces, “no es razonable suponer que los miembros del directorio sepan y participen directamente en decisiones de contratación ordinaria o en la relación con empleados tercerizados”.
En esto tiempos complejos del desacreditado Poder Judicial, que casi nadie se pregunte sobre la “legalidad” de estos fallos es otro síntoma de época. En términos futbolísticos, si a Rosenkrantz le aplicaran el VAR (videos que ayudan a los árbitros), claramente se demostraría su posición adelantada. Está prohibido ser juez y parte (aunque ya no lo seas). Todos lo sabemos y por eso es tan grave que un juez de la Corte Suprema haga, y siga haciendo, lo que no se puede.