Muchas veces los prólogos resultan huecos, vacíos. Porque el/la prologuista es tan cercano al autor o está tan movilizado por la obra, que sus palabras se diluyen en un puñado de sentimientos vacuos que por subjetividad extrema nada transmiten o cuentan cosas del autor que no vienen al caso.
El prólogo a La violencia nació conmigo, de Alexis Oliva, es todo lo contrario. Nos introduce al libro como quien recorre su propia ciudad asombrada por tanta cotidianidad. Y remarco asombrada porque la introducción de Ana Fornaro (periodista uruguaya, licenciada en Letras) cuenta eso que Alexis trasunta: toma sus ojos, los nuestros, los mezcla con ideas y convicciones transectoriales, le agrega una pizca de diversidad de género y de raza, deja leudar en el molde de la empatía y, lista esa argamasa, devuelve un “periodismo de cercanía”.
Nuestras sociedades han sido perversas al condenar la diversidad. Asociado a cierto factor zoológico o circense, mostramos a esos «otros» ahí, en esa arena circular donde es posible y puede darse lo raro, diferente, no canónico o indescriptible. Pero nunca podrán estar sentados en las gradas, ni parados del lado libre de los barrotes, y siempre serán eso que excluimos porque empatizar cuesta vida. Y todo esbozo de humanidad no es productiva, cosa que pareciera ser lo único importante en esta sociedad esclavista de los normales.
En un repaso de poco más de medio siglo, Alexis Oliva (periodista y profesor de la Facultad de Comunicación en la UNC) relata con maestría periodística historias del terrorismo de Estado; sucesos como el asesinato del periodista argentino Sebastián Moro, en el golpe de Estado en Bolivia de 2019; la historia de Pepa Gaitán, lesbiana asesinada por el padrastro de su novia; la lucha de Milagro Sala o Maité Amaya y sus reivindicaciones de género clasista; el trajinar de Ivana Aguilera activista trans y hasta a Ramona Orellano con el último atrincheramiento cordobés por los desterrados.
Todos estos relatos forman 20 historias publicadas en diversos medios alternativos. Todos cuerpos intervenidos por diferentes continuos de incomprensión entre la divergencia de género, de raza, de credo, de religión o de clase social. Y por su intermedio y su lucha, surge este casete TDK cinta de cromo lado B con todas las historias que el periodismo hegemónico excluye o la nueva cultura de la cancelación invisibiliza en las redes.
Porque en el fondo no solo la locura sirve para desplazar personas, invisibilizar luchas, deslegitimar a los otros; también el periodismo ha caído en ese proceso. Vale este libro por la voz puesta en alto con estas denuncias, por el puño firme y sostenido que dice «no pasarán», por la lengua afuera en un gesto de burla al establishment de la prensa que quiso callar estos relatos y, sin embargo, el autor rescata las palabras de los protagonistas para sentenciar: la violencia nació conmigo. Y que cada historia despunte su ombligo en ese entramado de violencias.
Libro: La violencia nació conmigo
Ediciones Recovecos, mayo 2022
De Alexis Oliva