La franquicia argentina arrancó muy bien, pero luego le costó frenar a un conjunto neozelandés que fue durísimo en el contacto y que durante buena parte del encuentro dominó el scrum, acaso la única pesadilla de Jaguares en esta temporada.
Logró pasar al frente la visita e incluso tomó una ventaja de más de un try en el inicio de la parte complementaria, pero los argentinos no se desesperaron, comenzaron a jugar con más dinámica, dieron vuelta la historia y en el cierre defendieron con actitud y agresividad, como lo han hecho durante la mayor parte del año.
Matías Moroni, autor de uno de los tries del vencedor, fue la figura de un equipo que no brilló pero tuvo gran actitud y fue un justo vencedor.
El próximo fin de semana, otra vez en Liniers, tendrá la posibilidad de alcanzar la final cuando se mida con el ganador del partido que mañana sostendrán en Canberra, los australianos de Brumbies y los sudafricanos de Sharks.