Matías Ramos es árbitro. Pertenece a la Araf (Asociación Riocuartense de Árbitros de Fútbol), con una trayectoria de 23 años dirigiendo Liga Regional y Torneos Federales. Y también es enfermero.
Ante la crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus, fue convocado a cubrir un puesto en el Hospital San Antonio de Padua.
Ramos narró que tuvo que hablar mucho con su familia. «Ellos están preocupados, me preguntan si estoy seguro de volver a trabajar, que un tiempo más o un tiempo menos es lo mismo. Yo estoy encantado de empezar a ejercer de nuevo, es lo que estudié y para lo que me preparé, el hecho de poder ayudar a otras personas. No tengo miedo de que me vaya a contagiar el virus, al contrario, tengo ganas de participar en esto y dar una mano desde mi lugar».
«La semana pasada me llamó una instructora del Hospital San Antonio de Padua, donde yo había hecho las prácticas de la carrera, diciéndome que necesitaban personal. Me inscribí en la convocatoria y estoy esperando el llamado para empezar. En toda la provincia tienen que incorporar 700 enfermeros, de los cuales Río Cuarto necesita 70», contó el árbitro, que destacó la gravedad de la situación que atraviesa el planeta.
En el relato que publica el medio riocuartense destacan con certeza que la crisis sanitaria llevó a Ramos a dejar las tarjetas y el silbato, para colocarse guantes y barbijo. Ningún país del mundo estaba preparado para enfrentar esta pandemia, es muy triste llegar a esta situación”, sostuvo.