Guillermo Bertola, uno de los máximos representantes argentinos de natación en aguas abiertas, fue suspendido hasta enero de 2024 luego de haber admitido que incurrió en dóping biológico: en 2018 se sometió a una transfusión de sangre sin informar a las autoridades. Además, se lo despojó de todo que lo ha ganado desde 2018 hasta enero de este año en materia estadística y económica.
El cordobés había sido suspendido de forma provisoria por la Federación Internacional de Natación (Fina) en enero. Cuando saltó su doping, Bertola explicó: Estaba anémico, me sentía sin fuerzas para competir y surgió la posibilidad de hacerme una transfusión. Esa prueba la terminé muy mal (la Santa Fe-Coronda 2018), tuvieron que ponerme dos frascos de suero y ayudarme a subir al podio. Unos días después me hicieron el control”.
Yo lo único que quería era competir, porque me había entrenado muchísimo y sacrificado mucho. Uno se juega muchas cosas, esa carrera es muy buena en dólares y eso te permite pagar viajes. No es motivo para hacer lo que hice. Mi sangre estaba caliente: quería competir y sentía que si no lo hacía, iba a tirar por la borda lo hecho hasta ahí. Hoy estoy pagando ese error”, se defendió el nadador al conocerse su caso.