Los choques consecutivos en Brasil y Las Vegas tuvieron sus consecuencias en Qatar para Franco Colapinto. Con un FW46 con una configuración anterior a la última actualización, esa que hizo crecer al equipo inglés al ponerla en la pista de Singapur en septiembre pasado, el piloto de 21 años perdió rendimiento y lo pagó en una pista sucia y con viento cruzado en la que corrió por primera vez este viernes, cuando fue 19° en el único entrenamiento y 20° en la última Sprint Qualy de la temporada de la Fórmula 1.
La fábrica de Grove, con pocas piezas de repuestos y menor margen económico aún tras 15 choques en 2024 (cuatro de ellos de Colapinto: Baku, Brasil en clasificación y carrera y Las Vegas), le puso una versión antigua de suspensión delantera y de los ductos de frenos al FW46 del argentino, con un déficit estimado con su compañero de equipo, Alex Albon, de 2.5 kilos más.
Un coche pesado nunca puede ser bueno, menos en una pista rápida, sucia por la arena del desierto qatarí y afectada por los vientos cruzados en Lusail. Ya lo había explicado Colapinto el jueves: «Después de Las Vegas, estamos usando la especificación antigua en la suspensión delantera de mi coche, así que hay algunos componentes antiguos en mi auto que necesitamos entender la configuración y cómo funciona el coche».
Aunque se había mostrado optimista («Estoy seguro de que podemos resolverlo e intentar maximizar el rendimiento del coche», había dicho), la situación fue diferente en su primer contacto con la pista. Si bien en el entrenamiento priorizó girar más que mejor (dio 29 vueltas y fue uno de los que más giró, solo por detrás de las 30 de Charles Leclerc y Carlos Sainz), un tiempo de 1m24s200 le alcanzó para ser 80 milésimas más rápido que Esteban Ocon (Alpine) para no quedar último.
No ocurrió lo mismo en la clasificación de la carrera sprint, que corrió obligatoriamente con neumáticos medios (más temprano había probado blandos y duros), un compuesto que seguramente repetirá el sábado. 1m25s683 fue el primer giro cronometrado del piloto argentino, que quedó momentáneamente en el top 10 aunque pronto empezó a caer en el clasificador porque solo había 10 pilotos en la pista en los minutos iniciales. La diferencia de un segundo y medio con Albon (1m24s064) también hablaba de su rendimiento.
Colapinto mejoró en cada una de sus salidas a lo largo de esos 12 minutos, pero siempre estuvo lejos de la Q2: con el parcial posterior de 1m24s132 estuvo 19° y con el de 1m23s423 le bajaron la bandera a cuadros cuando estaba en el último lugar. De hecho, fue el único piloto en girar en 1m23s; el resto fue más rápido que él, incluso Guanyu Zhou (1m22s948 con el Sauber). El ritmo de la punta, mientras tanto, era dos segundos más veloz y el de Albon, siete décimas en esa Q1.
«No me sentí mal, sentí que fue una vuelta más o menos buena», fue la primera visión del oriundo de Pilar que corre en Qatar su octava prueba en la F1. «Tenía cosas para seguir trabajando y mejorando porque, obviamente, no conozco el circuito. Pero estoy muy lejos y todavía no entiendo bien el porqué -se lamentó-. Hay que seguir trabajando».
Hay algo seguro: Colapinto no tiene el auto de Albon, con las especificaciones nuevas, pero tampoco uno liviano y, para peor, con muchas limitaciones. Así fue su profundo análisis mecánico de la situación: «Obviamente que la suspensión vieja y todas las partes viejas que tengo en el auto no ayudan en nada. Tengo mucha ida de trompa en curva lenta, en curva de media velocidad, cuando le pido un poquito de aceleración empieza a patinar y voy muy de trompa. Así que nos está costando meter velocidad en las curvas, acá hay curvas muy largas en las que nos está costando mucho mantener una mínima alta».
Este sábado a las 11 de Argentina, Colapinto largará último la Sprint Race, mientras que su compañero lo hará 12°. En la comunicación por radio, el tailandés avisó: «OK, quería más. El auto es tan diferente en el segundo empujón que es bastante difícil lograrlo. Adelante estás trabajando mucho más rápido este fin de semana».