La Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) resolvió suspender sin fecha el partido que debían sostener el domingo Independiente y Platense.
Previamente el Juzgado de Garantías N°3 de Avellaneda, a cargo del juez José Luis Arabito, había dispuesto que Independiente debía disputar su próximo encuentro como local en el estadio Libertadores de América a puertas cerradas, tras los violentos incidentes protagonizados por facciones de la barra del club y simpatizantes de Universidad de Chile.
La medida se había adoptado a pedido de la Fiscalía N°4 de Avellaneda, que investiga los hechos ocurridos en el marco de la Copa Sudamericana. En la presentación cautelar se solicitó la clausura preventiva del estadio para partidos con público, habilitando su uso únicamente sin espectadores o en otra sede.
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, confirmó que el fiscal tomó la decisión tras detectar “manchas hepáticas arteriales en la tribuna”, lo que obliga a realizar pericias para determinar la magnitud de los daños.
Las imágenes posteriores a los disturbios revelaron daños estructurales significativos, como puertas arrancadas, portones destruidos, baldosas rotas, puestos de comida desmantelados y afectaciones en cañerías y conexiones eléctricas.
La dirigencia del club, encabezada por el presidente Néstor Grindetti, aseguró que cumplió con las recomendaciones de Conmebol y de las autoridades provinciales, aunque el riesgo de sanciones persiste: Independiente podría ser expulsado de la Copa Sudamericana y afrontar varios partidos sin público.