Javier “Yiyo” Aparicio nació en Jujuy, tiene 29 años, es cordobés por adopción y volvió del último mundial de kickboxing de la World Kickboxing Federation (WKF) realizado en Egipto, con una medalla de oro en la disciplina de full-contact y otra de bronce en kickboxing, en la categoría de peso medio mediano.
Él viajó como parte del seleccionado argentino que pasó del tercer puesto al primero a nivel mundial, luego de lograr 31 medallas de oro, 17 de plata y 17 de bronce en el Cairo el 23 de octubre pasado. Además, tras enfrentarse con potencias en lucha como Francia, Polonia, Ucrania, Austria, Chile y España, la selección local trajo la copa al mejor equipo del mundial y el premio al mejor luchador.
“De todos los países nos decían que estábamos locos, porque nosotros terminábamos de pelear y peleábamos otra vez, lastimados y todo. En Europa si se lastiman no pelean más, pero nosotros fuimos por todo”, contó Aparicio, quien peleó con los dedos fracturados y un desagarro, a HOY DÍA CÓRDOBA.
“Nosotros no sabemos si vamos a salir seleccionados o si podemos pagar otro mundial para ir”, agregó. Yiyo, a quien le dicen así porque cuando era chico lo rapaban y le quedaban las orejas como las del Topo Gigio, cuenta también con el título de campeón argentino (World Kickboxing Council – WKC), continental (WKC) y mundial (WKC) de kickboxing.
Sin embargo, como ocurre en muchos otros deportes, el contrincante más difícil de vencer es el económico. En este aspecto no hay título que valga y los luchadores deben usar todo tipo de estrategias para recaudar los montos que les permitan viajar y competir.
“Lo más duro es tratar de juntar la plata. Eso es lo que te pone más nervioso, porque entrenás y tenés que estar pensando si tenés la plata o no, si te alcanza para los gastos. Después, siempre entreno bien, tengo un profe que me dice cómo tengo que entrenar, confía en mí, me da mucho ánimo, yo soy muy concentrado, amo lo que hago, el sacrificio me caga de gusto”, contó Yiyo a este diario.
Para juntar los US$ 3.500 necesarios para llegar al mundial de Egipto, Aparicio debió hacer rifas, buscar auspiciantes, vender empanadas, además de recibir el apoyo de la Municipalidad de Córdoba, su familia, amigos y alumnos.
Ahora, Aparicio se prepara para sus próximas peleas. El año que viene lo espera el mundial de Francia, el evento Max en Tailandia y otra pelea en Acapulco. Si bien considera que está en su mejor momento como luchador, deberá elegir a cuáles encuentros asistir dependiendo de lo que logre recaudar con su trabajo en sus dos gimnasios Invictus de Alta Córdoba y en el club Atenas.