El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en los Estados Unidos registró en los últimos días una tasa interanual del 7,9% en febrero, la mayor cifra en cuarenta años, anunció hoy la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS según su sigla en inglés) dependiente del Departamento del Trabajo.
La cifra interanual, sin precedentes desde enero de 1982 y con un alza de cuatro décimas respecto a la del mes anterior, alimenta el temor a que se produzca un fenómeno de “estanflación” en los Estados Unidos, es decir, de alta inflación y un crecimiento económico estancado.
En tanto, la comparación mensual presentó un alza de 0,8% en febrero, frente al 0,6% registrado en enero.
Las subas se concentraron en los valores de la gasolina, los alimentos y el alojamiento; y se situaron en línea con las expectativas de los economistas, según la agencia Bloomberg.
No obstante, si se tiene en cuenta únicamente la inflación subyacente, sin los valores más volátiles de la energía y los alimentos, la misma marca un 6,4% anual (una aceleración de 0,4% frente al mes anterior) y 0,5% mensual.
Luego de una década donde los precios se situaron con un promedio de suba del 2% anual (acorde a las metas de las Reserva Federal), la inflación en los Estados Unidos comenzó su repunte a principios del año pasado, con la liberación de las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus.
Mientras que la demanda se vio beneficiada con beneficios y estímulos otorgados por el Gobierno que impulsaron al consumo; la oferta se enfrentó con múltiples problemas en las cadenas de suministro globales, un mayor costo del transporte y, en algunos casos, la escasez de fuerza laboral para sus establecimientos.
Pese a las expectativas iniciales de que febrero marcaría un pico en el dato inflacionario, se espera que la inflación continúe acelerándose, ya que los datos aún no reflejan las consecuencias del alza de las commodities por la guerra entre Rusia y Ucrania.
La gasolina, por ejemplo, registró en los últimos días un récord histórico al alcanzar un valor de US$ 4,173 el galón (3,7 litros), una suba de 72 centavos de dólar a comparación de hace un mes atrás.