Con demora, el Gobierno está buscando las alternativas para evitar cortes de gas en la industria en el invierno próximo. Por esta razón, en los últimos días se aceleró la diplomacia energética del ministro de Economía, Martín Guzmán. Cabe destacar que el gas es la fuente primaria de más del 60% de la electricidad que genera la Argentina.
En negociaciones a contrarreloj, el país está cerca de alcanzar un acuerdo para la provisión de gas con Bolivia. Así, la escasez que espera la industria para el invierno podría tener un gran alivio a partir de las lluvias en Brasil, que permiten contar con algo más de energía hidroeléctrica (la fuente más barata de todas) en las represas Yacyretá y Salto Grande, además de que Bolivia puede redireccionar sus exportaciones hacia estos lados.
Aunque la adenda al contrato vencía el 31 de marzo, los funcionarios argentinos seguían negociando con sus pares bolivianos. Hay expectativa de contar con la misma cantidad de gas que había el año pasado en los días más fríos del año. Serían 14 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d), con la ilusión de que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se pueda extender a 20 MMm3/d.
A su vez, en su reciente viaje a Francia, Guzmán asistió a una reunión de la Asociación Internacional de Energía donde tuvo varios encuentros bilaterales y uno de particular importancia, el jueves último, con el ministro de Energía y Minas de Brasil, Bento Albuquerque, con quien conversó sobre la posibilidad de que Brasil libere hasta dos millones de metros cúbicos diarios del gas que le compra a Bolivia, para que el país del Altiplano aumente sus ventas a la Argentina.
Eso, a su vez, permitiría disminuir las compras argentinas de Gas Natural Licuado (GNL) por barco, mucho más caras. Por cuestiones de infraestructura, además, el gas que llega de Bolivia asegura un mejor abastecimiento de las provincias del noroeste, adonde no llega por gasoductos ni el gas de Vaca Muerta ni el que, arribado como GNL por barco, se regasifica e inyecta al sistema desde los puertos de Bahía Blanca y Escobar.
La dolarización como “espejitos de colores”
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, rechazó la idea de dolarizar la economía, como plantean sectores liberales.
En declaraciones radiales, el funcionario detalló que en un contexto de alta inflación “aparecen personas con soluciones mágicas; (Mauricio) Macri dijo que la inflación era el problema más fácil, que lo solucionaba en cinco minutos, pero en los países donde se implementó (la dolarización) los resultados no fueron buenos”.
También criticó que no se aclare “a qué paridad se haría” la dolarización. “Este tipo de planteos son espejitos de colores, buscan que la gente se enganche, pero sin explicar cómo lo harían”, resaltó, al tiempo que manifestó que “me parece que la dolarización no es una solución verdadera y que (Javier) Milei no explica las implicancias”, en alusión a uno de sus seguidores.