Con motivo de celebrarse la Pascua en los próximos días, el Instituto de Estadísticas del Defensor del Pueblo (INEDEP) en el marco del Programa Relevamiento de Precios, monitoreó algunos de los alimentos típicos y tradicionales de esta festividad como lo son los huevos de chocolate, roscas y pescados.
Entre los primeros fue posible constatar que la totalidad de los huevos de pascua considerados aumentaron su valor respecto a 2019. Las variaciones pre y post pandemia se ubican entre el 230,61% y el 415,56%.
El huevo de 110 gr, constituye el producto que mayor incremento post pandemia presentó (415,56%), pasando de costar $225 en 2019 a $1.160 en 2022; le siguió la presentación de 700 gr con un alza del 301,95%.
A su vez, también observaron una escasa variedad de tamaños y marcas lo que dificulta la posibilidad de elegir la opción más acorde a la economía de cada consumidor.
Si se extiende el análisis al período 2017 – 2022, las fluctuaciones son más relevantes. Un huevo de pascua de 110 gr sufrió una suba del 831,73%, seguida por la presentación de 100 gr con una variación del 657,35% y la de 700gr con un alza del 645,78%. Por su parte, el ítem del conjunto que menos oscilación sufrió en los últimos seis años fue el huevo de 210 gr (583,37%).
En el caso de las roscas de pascua, hubo un incremento post pandemia del 407,98%, pasando de costar $112,95 en 2019 a $573,75 este año. En 2017, comprar este mismo ítem tenía un valor promedio de $49,90, por lo que registró – en los últimos seis años – una suba del 1049,80%.
En cuanto al tradicional consumo de pescado, para la comunidad católica en esta fecha, se concluye que la merluza fresca aumentó en los últimos tres años un 291,30%, pasando de costar $230 en 2019 a $900 actualmente. Si se toma en consideración los valores obtenidos los últimos seis años, la suba de este producto es del 592,31% (variación 2017-2022). En tanto que el Lomito de Atún fresco subió un 292% en el periodo de 2019-2022; mientras que si consideramos la variación 2017-2022 de este producto, fue de un 600%.
Más complicaciones para el consumidor
Además de la falta de stock, otra constante informada por la institución que dirige Mario Decara, otra constante fue la dispersión de precios. En ese sentido, consideran que los consumidores desconocen el valor real de los productos que están adquiriendo y, por lo tanto, no pueden discernir en qué establecimiento es más conveniente comprar.
Tal como ocurre con otros bienes, el Defensor señala que las familias tuvieron que recurrir a otras estrategias para abaratar: compras tardías, promociones, bonificaciones y descuentos que ofrecieron algunos comercios, compras inteligentes y, por último, elaborar en casa en vez de comprarlo hecho.