En el día de ayer, la periodista y escritora argentina Mariana Enríquez ganó el Premio Herralde de Novela, con una historia de misterio y terror titulada “Nuestra parte de noche”. La obra narra la travesía de un padre y un hijo en plena dictadura militar, fusionando el realismo con el terror gótico.
“Es una novela muy personal. Tiene todas mis obsesiones, lo cual delata que son muchas mis obsesiones. Venía de escribir cuentos, no ficción y en un registro del que los lectores, y yo misma, querían más”, dijo Enríquez luego de recibir el premio.
Se trata de una de las distinciones más prestigiosas en la lengua española, en la cual la autora se impuso en esta 37º edición ante otros 680 aspirantes. El galardón obtenido por Enríquez, una de las escritoras de nuestro país que más reconocimiento obtuvo en este último tiempo, consiste en 18.000 euros y la publicación de su novela.
Además, sus cuentos, que se enmarcan en el género del terror, fueron publicados en revistas internacionales como Granta, Electric Literature o The New Yorker.
Por otro lado, ayer Selva Almada también obtuvo el premio “First Book Award de Edimburgo” en la Feria del Libro de Edimburgo, con su novela “El viento que arrasa”. Este año, 46 novelistas y escritores internacionales publicados en inglés por primera vez participaron de la propuesta.
“Estoy muy contenta de que mi libro haya sido elegido por los lectores. El viento que arrasa es la primera novela que escribí y la que me abrió las puertas a miles de lectores, no sólo en mi país, sino también en una amplia gama de lugares como Suecia, Brasil, Francia, Portugal, Alemania, Holanda, los Estados Unidos y ahora, el Reino Unido”, dijo Almada cuando recibió el premio.
La novela, que fue nominada para el Premio al Libro Argentino del Año cuando se publicó en 2012, fue traducida por Chris Andrews y publicada por Charco Press en inglés por primera vez este año. Además, días atrás, el Senado de la Nación Argentina le otorgó a Almada la mención de honor “Juana Azurduy de Padilla”, que simboliza los valores e ideales de las luchas populares por la independencia, así como también de las comunidades originarias y de las mujeres en la gesta emancipadora.
Muchos de los libros de la autora fueron traducidos al francés, el italiano, el portugués y el holandés. También fue becaria del Fondo Nacional de las Artes y codirige el ciclo de lecturas “Carne Argentina” de Buenos Aires, cuatro veces por año.