En un contexto donde se estima que 59.000 en el mundo mueren por año a causa de la rabia, a razón de 160 por día, profesionales veterinarios desmitificaron la idea de que los animales domésticos no se contagian por estar en casas o departamentos, ya que usualmente se pueden infectar con el virus a través de los murciélagos, que son altos transmisores, y alertaron sobre el bajo porcentaje de vacunación anual en la Argentina para prevenir esta enfermedad.
«La rabia es una enfermedad devastadora en muchas partes del mundo, especialmente en África y Asia, pero también en América y algunas partes de Europa. En Argentina, los murciélagos son altos transmisores de la enfermedad y los animales domésticos no están siendo vacunados en el porcentaje requerido», dijo la médica veterinaria Silvina Muñiz, presidenta de Asociación de Veterinarios Especializados en Animales de Compañía de Argentina (Aveaca).
En el marco del Día Mundial de la Rabia, que se conmemora cada 28 de septiembre, fecha que corresponde al aniversario del fallecimiento de Louis Pasteur, quien desarrolló la primera vacuna contra esta enfermedad, el médico veterinario Alexis Jaliquias, socio de la Asociación Argentina de Medicina Felina (AAMeFe), coincidió con Muñiz sobre el bajo porcentaje de vacunación contra la rabia en animales domésticos.
«El porcentaje de animales vacunados contra esta enfermedad es muy bajo todos los años y, seguramente, con esta crisis haya sido peor», dijo Jaliquias, y agregó que las personas que viven en zonas de menores recursos «son los que menos piensan en vacunar a animales».
Cabe recordar que el pasado 19 de mayo, una mujer murió por rabia en el partido bonaerense de Coronel Suárez tras ser mordida por un gato callejero. Este fue un caso de esa enfermedad que no se registraba en el país desde el 2008 y en territorio bonaerense desde 1981, según informaron fuentes del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
«La mujer, de 33 años, había consultado al servicio de salud el pasado 18 de abril por debilidad en miembros superiores y alteración de la sensibilidad», agregó el ministerio al indicar que «en los días posteriores tuvo otros síntomas, llegando al estado de coma».
Según se explicó, los familiares de la mujer habían indicado como antecedente la mordedura de un felino no doméstico a principios de marzo y que «no había sido objeto de consulta por parte de la paciente en el momento».
En las poblaciones de bajos recursos, aseguró Jaliquias, «no los vacunan contra el parvovirus y moquillo, que son virus de mayor incidencia que la rabia en fallecimiento de animales, pero el problema de esta enfermedad es que se transmite a través de la saliva de animales a los humanos».
En cuanto a los felinos, la especialidad de Jaliquias, apuntó que se contagian de esta afección a través de los murciélagos, «que en los departamentos se esconden en los taparrollos de persianas o juegan a cazarlos si los ven volando bajo o a la luz del día».
Ante estos casos, el especialista recomendó evitar que tomen contacto entre sí, colocar un balde sobre el murciélago, procurar no tocarlo y llamar de inmediato a la autoridad encargada de la población animal en cada provincia.
A su vez, recordó que las vacunas anuales para administrar a los gatos y perros son la rabia, para los felinos se agrega la Triple Felina y la del virus de Leucemia felina; en tanto, para los perros se suma la Séxtuple.
«Si uno discontinuó su vacunación y lo hace por prevención, no hay inconveniente; el problema es si se pasó de la fecha y hay contagio, hay que ir al instituto antirrábico y es un mayor riesgo», apuntó.
El lema de este año, para el Día Mundial de la Lucha contra la enfermedad, es «Rabia: con hechos, sin miedos», efeméride en la que la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud organizan anualmente campañas de visibilización de la afección.
Las entidades internacionales afirman que cerca de 15.000.000 de personas reciben tratamiento luego de haber sido expuestos a animales de los que se sospecha que padecen rabia, y se estima que 59.000.000 personas mueren en el mundo a causa de esta enfermedad, 100% prevenible a través de la vacunación. Lo que equivale a 160 personas que fallecen diariamente por la afección.
Además, según la Alianza Global para el Control de la Rabia, la desatención a esta enfermedad conlleva un costo económico estimado global de 8.600 millones de dólares por año.
Según datos de la OMS, la mayor amenaza de la rabia ocurre en las regiones más pobres del mundo, África y Asia, donde no se implementó la vacunación masiva de perros domésticos y dónde el acceso a tratamientos postexposición es limitado.
«La rabia continúa siendo una enfermedad notablemente desatendida y con bajo índice de notificación en los países más afectados, principalmente porque en esas regiones el acceso a los servicios de salud tiende a estar restringido y la mayoría de las víctimas muere en el hogar», informó un comunicado de la Aveaca.
La Aveaca asume que la prevención de la rabia requiere de un esfuerzo de la comunidad global.
«Las compañías farmacéuticas, veterinarios, dueños de mascotas y las principales organizaciones de salud y asociaciones profesionales deben luchar juntos a escala global para aumentar aún más la concientización sobre la enfermedad», afirmaron en el documento.
¿Qué hacer si se sospecha que una persona o animal tiene rabia?
El primer paso, es el tratamiento local de la herida: debe lavarse y limpiarse de inmediato durante un mínimo de 15 minutos con agua y jabón o detergente. Luego se deben aplicar sustancias que matan el virus de la rabia como alcohol etanol al 70 % o povidona yodada.
Según recomendaciones internacionales, se debe esperar para suturar la herida el mayor tiempo posible y acudir al médico inmediatamente, quien decidirá si corresponde aplicar medidas profilácticas postexposición o un tratamiento preventivo para evitar el desarrollo de la rabia en la persona.
Finalmente, el veterinario implementará el seguimiento correspondiente al animal rabioso.