ÁMSTERDAM.- Un hombre acribilló ayer a los pasajeros de un tranvía en el centro de la ciudad holandesa de Utrecht, mató a tres personas, hirió a otras cinco y logró escapar por unas horas, antes de ser arrestado por las autoridades policiales. Poco después del tiroteo, el primer ministro holandés, Mark Rutte, advirtió en conferencia de prensa que no se podía excluir “la pista del terrorismo”, y tanto el alcalde de Utrecht, Jan van Zanen, como la Policía local informaron que la pista terrorista era la más probable. Van Zanen identificó al sospechoso como Gokmen Tanis, un ciudadano turco de 37 años. Tanis tiene un largo historial de antecedentes penales en los últimos años: robos con violencia, ataques a la autoridad y acoso sexual callejero, según la prensa holandesa. La Fiscalía, que está a cargo de la investigación, también aseguró “que está teniendo en cuenta un motivo terrorista”, pero aclaró que “no se puede excluir otros motivos”, entre ellos un posible “crimen de honor”, debido a la posible relación del arrestado con una de las víctimas. Esta hipótesis se vio reforzada cuando parientes de Tanis contaron a la agencia de noticias estatal turca Anatolia que el joven disparó contra un familiar “por motivos familiares” y luego contra quienes intentaron ayudar a la víctima y quisieron detenerlo. Por otro lado, el gobierno de Nueva Zelanda anunció ayer cambios en la ley de armas en respuesta al atentado a las dos mezquitas en Christchurch. Tres días después del atentado, 33 personas siguen ingresadas en el hospital, diez de ellas en estado crítico.